El viaje sonoro de Tomás y Martín



Tomás y Martín eran dos amigos muy especiales. Ambos tenían problemas de audición y, aunque se esforzaban por entenderse, a menudo interpretaban las cosas de manera muy disparatada.

Una mañana soleada, los dos amigos se encontraron en el parque para planear un divertido viaje.

- ¡Hola, Martín! ¿Cómo estás? - saludó Tomás.

- ¡Hola, Tomás! Yo también estoy muy piantado, ¿y vos? - respondió Martín.

- ¿Piantado? ¡No, qué va! Yo dije ¡contento! Estoy re contento porque hoy vamos a hacer un viaje en avión - exclamó Tomás, emocionado.

- ¡Ah, un viaje en avión! Yo pensé que dijiste que íbamos a ver pavos re piolas - contestó Martín con una sonrisa.

Tomás comprendió que a veces sus conversaciones podían ser un poco complicadas, pero siempre lograban divertirse juntos. Emprendieron su viaje hacia el aeropuerto, con muchas aventuras por delante.

Durante el vuelo, al mirar por la ventana, Tomás exclamó: - ¡Mirá, Martín, parece que volamos sobre un gigante de hielo!

- ¡Qué loco, Tomás! Yo pensé que dijiste que volamos sobre un gigante despiadado - respondió Martín, asombrado.

Finalmente, llegaron a su destino, una mágica isla llena de sonidos y colores. Mientras exploraban el lugar, escucharon un estruendo y Tomás dijo: - ¡Escuchá, Martín, parece que viene un elefante!

- ¡Un elefante, Tomás? Yo escuché que viene un vendedor de alfajores gigante - contestó Martín, confundido.

Ambos rieron a carcajadas, disfrutando de sus divertidas interpretaciones. A medida que exploraban la isla, descubrieron nuevos sonidos y aprendieron a comunicarse de maneras creativas.

Al final del día, mientras observaban la puesta de sol, Tomás dijo: - Martín, escucho el sonido del mar y me hace sentir en paz.

- ¡Yo también, Tomás! Aunque pensé que dijiste que escuchaste el sonido del bar en donde nos vamos a tomar un helado gigante - respondió Martín, provocando otra carcajada.

Así, entre risas y ocurrencias, Tomás y Martín aprendieron que la amistad va mucho más allá de las palabras y que, aunque no siempre se entendieran perfectamente, siempre podían compartir momentos llenos de alegría y diversión.

FIN.

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