El videojuego perdido


Había una vez un niño llamado Santiago, que era muy fanático de los videojuegos. Pasaba horas y horas jugando a su juego favorito, "Super Aventura World", en su consola.

Un día, Santiago estaba tan emocionado porque había llegado al nivel final del juego. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de que el tiempo se acababa y perdió todas sus vidas. Se sintió muy triste y desanimado por haber perdido después de tanto esfuerzo.

Su mamá, al verlo así de triste, decidió hacer algo para animarlo. Le dijo: "Santiago, sé que estás decepcionado por perder en tu juego favorito, pero quiero enseñarte algo importante.

En la vida no siempre podemos ganar y eso está bien. Lo más importante es aprender a disfrutar del proceso y nunca rendirse". Santiago levantó la mirada hacia su mamá y le preguntó: "¿Qué quieres decir con eso?".

Su mamá sonrió y le explicó: "Quiero regalarte algo especial para recordarte esa lección. Te voy a dar un iPhone". Santiago quedó sorprendido al escuchar eso. No podía creer que su mamá fuera a regalarle ese dispositivo tan deseado por muchos niños.

"Pero mamá, ¿por qué me das un iPhone?", preguntó Santiago confundido. Su mamá le respondió: "Quiero que veas este iPhone como una herramienta para aprender cosas nuevas y seguir explorando tus habilidades.

Puedes utilizarlo para investigar sobre nuevos juegos, aprender programación o incluso crear tus propios videojuegos". Santiago comprendió lo que su mamá quería transmitirle con ese regalo. Aunque había perdido en su juego favorito, ahora tenía una oportunidad para descubrir nuevas formas de divertirse y aprender.

Desde ese día, Santiago empezó a utilizar su iPhone no solo para jugar, sino también para investigar sobre programación y diseño de videojuegos. Descubrió que le encantaba el proceso creativo de crear mundos virtuales y personajes increíbles.

Con el tiempo, Santiago se convirtió en un talentoso creador de videojuegos. Comenzó a compartir sus creaciones con otros niños y recibió muchos elogios por su talento.

Un día, mientras estaba exponiendo uno de sus juegos en una feria de tecnología, apareció un hombre muy importante en la industria de los videojuegos. Este hombre quedó impresionado con la habilidad y creatividad de Santiago y decidió ofrecerle un trabajo en su compañía. Santiago aceptó emocionado la oferta y comenzó a trabajar como diseñador de videojuegos profesional.

No podía creer que algo tan maravilloso hubiera surgido después de haber perdido en su juego favorito. A través del regalo del iPhone, Santiago aprendió que las derrotas pueden convertirse en oportunidades si nos enfocamos en aprender y mejorar.

Descubrió que lo más importante no es ganar siempre, sino disfrutar del proceso y nunca rendirse ante los desafíos.

Y así fue como Santiago demostró al mundo entero que los sueños pueden hacerse realidad si tienes pasión por lo que haces y nunca te rindes ante las adversidades.

Dirección del Cuentito copiada!