El Vínculo de Mateo


Había una vez un niño llamado Mateo, que tenía cinco años y un corazón lleno de amor para dar.

Siempre que podía, le decía a su mamá lo mucho que la quería y le daba las gracias por cuidarlo, abrazarlo y darle besos. Un día, en el colegio, la maestra les contó sobre la virgen María, la mamá de Jesús. Mateo se quedó pensativo y le preguntó a su maestra: "-¿La virgen María es como mi mamá?".

La maestra sonrió y le explicó que aunque no era su mamá terrenal, la virgen María era como una mamá para todos nosotros desde el cielo.

Esa noche, antes de dormir, Mateo miró al cielo estrellado desde su ventana y pensó en lo que había aprendido en el colegio. Entonces decidió contarle a su mamá lo que sentía en su corazón. "-Mamá", dijo con voz tierna, "-quiero decirte algo importante.

Te quiero mucho porque me cuidas, me abrazas y me das besos. Pero también descubrí en el colegio que hay otra mamá en el cielo, la virgen María. Ella también nos cuida desde allí arriba".

La mamá de Mateo lo abrazó con ternura y le dijo: "-¡Qué lindo es saber que tenemos dos mamás especiales cuidándonos! Estoy segura de que la virgen María nos protege siempre".

Desde ese día, Mateo siguió demostrando todo su amor a su mamá terrenal y a la virgen María en sus oraciones antes de dormir. Sabía que siempre estarían ahí para él, velando por su bienestar y guiándolo por el camino del amor y la bondad.

Y así, entre abrazos apretados y sueños llenos de paz, Mateo creció sabiendo que nunca estaba solo; porque tanto su mamá terrenal como la virgen María lo acompañaban con amor infinito cada día de su vida.

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