El Vínculo de Mateo y Roble


Un día, el pequeño zorro llamado Mateo se acercó al árbol Roble con una expresión triste en su rostro. El zorro parecía preocupado y desanimado. - ¿Qué te sucede, querido Mateo? -preguntó Roble con voz cálida y amable.

- Estoy buscando un lugar seguro para construir mi madriguera, pero no encuentro un sitio adecuado. Todos los demás animales ya tienen sus hogares, y siento que no tengo donde ir -respondió el zorro con pesar.

El árbol Roble sintió compasión por el zorro y decidió ayudarlo. Con un gesto generoso, ofreció parte de su propio tronco hueco para que Mateo pudiera construir su madriguera allí.

- Aquí tienes un lugar protector y acogedor donde podrás hacer tu hogar, querido Mateo. Espero que te sientas cómodo y seguro aquí -dijo Roble con alegría. El zorro estaba abrumado por la bondad del árbol Roble y agradecido por su generosidad.

Comenzó a trabajar en la construcción de su madriguera dentro del tronco hueco del árbol, y pronto tenía un hogar cálido y seguro donde refugiarse. Los días pasaron, y Mateo visitaba al árbol Roble todos los días para agradecerle por brindarle un lugar tan maravilloso para vivir.

Su amistad creció cada vez más fuerte, compartiendo historias y risas bajo la sombra protectora del árbol generoso. Sin embargo, una terrible tormenta azotó el bosque una noche, dejando a muchos animales sin refugio ni alimentos.

El árbol Roble sufrió daños graves en sus ramas debido al viento fuerte y la lluvia intensa. - Oh no, qué desastre... -susurró el zorro Mateo al ver al árbol herido-.

¿Cómo puedo ayudarte ahora? El árbol Roble sonrió débilmente y le dijo a Mateo:- Querido amigo, mi mayor alegría es poder ser útil a otros seres vivos como tú. Si puedes cuidar de mis ramas rotas mientras me recupero, estaré eternamente agradecido.

Mateo asintió con determinación y se dedicó a cuidar del árbol herido día tras día. Limpiaba las ramas rotas, las curaba con cuidado e incluso cantaba canciones reconfortantes para levantar el espíritu del viejo roble.

Con el tiempo, gracias al amoroso cuidado de Mateo, el árbol Roble sanó sus heridas y volvió a crecer más fuerte que nunca. La amistad entre el zorro y el roble se fortaleció aún más después de enfrentar juntos la adversidad de la tormenta.

Desde ese día en adelante, el árbol generoso siguió dando sombra y refugio a todos los animales del bosque; pero especialmente al pequeño zorro llamado Mateo: su amigo fiel que demostró que la verdadera amistad se nutre de generosidad mutua e incondicional amor por la naturaleza.

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