El vuelo de Benito


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un osito llamado Benito que soñaba con volar.

Desde que era muy chiquito, miraba con admiración a los pájaros que surcaban el cielo y anhelaba poder hacer lo mismo algún día. Un día de primavera, Benito decidió hablar con su amiga la mariposa Margarita, quien siempre estaba revoloteando por el jardín del pueblo.

"Margarita, ¿tú crees que sería posible para un oso como yo volar como tú?"- preguntó Benito con curiosidad. Margarita sonrió y respondió: "Claro que sí, querido Benito. Solo necesitas creer en ti mismo y tener paciencia. Todos tenemos habilidades especiales, solo debemos descubrirlas y practicarlas.

"-Animado por las palabras de Margarita, Benito se puso en marcha para encontrar la forma de cumplir su sueño. Probó saltar desde lo más alto de los árboles e incluso construyó unas alas improvisadas con hojas y ramitas, pero nada parecía funcionar.

Una mañana, mientras paseaba por el río pensativo, escuchó una risa cantarina a lo lejos. Se acercó sigilosamente y descubrió a Lucas el murciélago practicando sus acrobacias en el aire.

Fascinado por la destreza de Lucas, Benito se acercó tímidamente y le preguntó: "Lucas, ¿podrías enseñarme a volar como tú?"-"Por supuesto, amigo oso. Pero volar no es solo cuestión de batir las alas; también debes aprender a sentir el viento y confiar en tus instintos"- respondió Lucas con amabilidad.

Durante días enteros, Lucas enseñó a Benito todos sus secretos para volar: cómo aprovechar las corrientes de aire, cómo mover sus patas para mantener el equilibrio en pleno vuelo y sobre todo cómo confiar en sí mismo.

Después de mucho esfuerzo y práctica constante, llegó finalmente el gran día en que Benito decidió probar sus nuevas habilidades ante toda Villa Feliz.

Con las instrucciones frescas de Lucas en su mente y el apoyo incondicional de Margarita desde abajo agitando sus alas coloridas alentándolo, Benito tomó impulso desde lo alto del cerro más alto del pueblo ¡y echó a volaaaaaar! Los habitantes de Villa Feliz no podían creer lo que veían: un osito surcando los cielos con gracia y determinación ¡Benito había logrado cumplir su sueño! Desde ese día en adelante se convirtió en una inspiración para todos los animales del lugar demostrando que nunca hay límites cuando se trata de perseguir nuestros sueños.

Y así fue como Benito aprendió que si uno cree firmemente en sí mismo y trabaja duro por lo que desea ¡todo es posible! Y aunque nunca dejaron de sorprenderse al verlo volando entre las nubes recordaban siempre la valiosa lección aprendida juntos: nunca subestimes tu potencial porque dentro tuyo hay fuerzas increíbles esperando ser liberadas.

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