El vuelo de Copito



Copito era un conejito curioso y valiente que siempre buscaba nuevas aventuras. Un día, mientras jugaba en el bosque con sus amigos, vio a un grupo de pájaros volando por el cielo.

"- ¡Wow! ¡Qué hermoso es ver a los pájaros volar tan alto! ¡Quisiera ser como ellos y surcar los cielos!", exclamó Copito con emoción. Sus amigos conejitos se rieron de él.

"- ¿Volar tú? ¡Eso es imposible, Copito! Los conejos no pueden volar", le dijeron entre risas. Pero Copito no se desanimó. Decidió buscar al sabio búho del bosque para pedirle consejo sobre cómo cumplir su sueño de volar.

El sabio búho escuchó atentamente la historia de Copito y le dijo: "- Querido Copito, para lograr algo tan grande como volar, primero debes creer en ti mismo y nunca rendirte. La determinación y la perseverancia son las alas que te llevarán hasta el cielo.

"Con estas palabras en su corazón, Copito comenzó a entrenar duro todos los días. Corría por el bosque, saltaba obstáculos y fortalecía sus patitas. También observaba a los pájaros con atención para aprender sus movimientos.

Un día, mientras seguía entrenando cerca de un lago, vio a una bandada de gansos migratorios preparándose para emprender un largo viaje. Se acercó a ellos con respeto y les pidió ayuda para cumplir su sueño. Los gansos, impresionados por la determinación de Copito, decidieron enseñarle cómo volar en formación.

Le explicaron cómo aprovechar las corrientes de aire y coordinarse con los demás para mantenerse en el aire durante mucho tiempo. Copito practicaba sin descanso junto a los gansos migratorios.

Poco a poco fue mejorando su técnica y ganando confianza en sí mismo. Finalmente llegó el día esperado: estaba listo para intentar volar por primera vez. Con un corazón lleno de emoción, Copito se lanzó al aire siguiendo a los gansos.

Al principio fue difícil mantenerse en vuelo, pero recordando las palabras del sabio búho y con la ayuda de sus nuevos amigos alados, logró elevarse cada vez más alto.

"- ¡Lo estoy logrando! ¡Estoy volando!", gritaba emocionado Copito mientras surcaba los cielos junto a los gansos migratorios. Desde ese día, Copito se convirtió en el primer conejo aviador del bosque. Todos los animales lo admiraban por su valentía y determinación.

Y aunque seguía siendo diferente de los demás conejitos al no poder saltar tan alto ni correr tan rápido, ahora tenía algo que lo hacía único: podía volar libremente hacia sus sueños más altos.

FIN.

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