El vuelo de Hipólito
Había una vez un camión llamado Hipólito, que era muy grande y fuerte. Le encantaba viajar por las carreteras de Argentina, pero siempre había algo que lo hacía sentir triste: no podía volar como los pájaros.
Un día, mientras conducía por la ruta, vio a lo lejos un charco enorme. Hipólito estaba cansado y decidió detenerse para descansar un poco. Se acercó al charco y se quedó mirando su reflejo en el agua.
De repente, comenzó a soñar despierto. - ¡Cómo me gustaría poder volar! - suspiró Hipólito. De pronto, una pequeña nube apareció en el cielo y se acercó a él. - ¿Por qué estás tan triste? - preguntó la nube con voz suave.
- Me encantaría poder volar como tú - respondió Hipólito. La nube sonrió y le dijo:- Si realmente quieres volar, puedes hacerlo. Solo tienes que creer en ti mismo y tener coraje para intentarlo.
Hipólito no entendió muy bien lo que la nube quería decirle, pero decidió seguirla. La nube lo llevó hacia arriba hasta llegar al cielo donde podían ver todo el mundo desde allí arriba.
- ¡Guau! Nunca había visto nada así antes - exclamó emocionado Hipólito -. Pero... ¿cómo puedo yo volar? La nube le explicó que todos tenemos habilidades especiales dentro de nosotros mismos y solo debemos encontrarlas para usarlas correctamente.
Hipólito pensativo preguntaba cómo podría encontrar esa habilidad especial cuando vio pasar un avión de carga y recordó que él también transportaba cosas muy importantes. De repente, tuvo una idea. - ¡Ya sé! Mi habilidad especial es llevar cosas pesadas por tierra - dijo Hipólito con entusiasmo.
La nube sonrió y le dijo:- ¡Eso es genial! Ahora solo tienes que creer en ti mismo y tener coraje para intentarlo. Hipólito se sintió motivado e inspirado por la nube y decidió poner en práctica su nueva habilidad.
Comenzó a recorrer el país llevando cargas cada vez más grandes, hasta que un día recibió una solicitud muy especial: debía transportar un enorme cohete a la base espacial. Hipólito estaba emocionado pero nervioso al mismo tiempo.
Sabía que era una tarea difícil, pero recordó las palabras de la nube: "Solo tienes que creer en ti mismo y tener coraje para intentarlo". Así fue como Hipólito se preparó para su misión más importante hasta el momento.
Con mucho cuidado, levantó el cohete sobre su remolque y comenzó a conducir hacia la base espacial.
El camino no fue fácil, hubo momentos donde pensaba rendirse pero recordaba las palabras de la nube e hizo todo lo posible para completar su tarea con éxito. Finalmente llegaron al destino: Hipólito había logrado llevar el cohete a salvo hasta la base espacial. Todos los presentes celebraron este gran logro.
Y desde ese día, Hipólito supo que aunque no podía volar como las nubes o los pájaros, podía hacer algo igualmente importante: llevar cosas valiosas por tierra. Y así Hipólito aprendió que todos tenemos una habilidad especial dentro de nosotros mismos, solo debemos encontrarla y creer en nosotros mismos para poder alcanzar nuestros sueños.
FIN.