El vuelo de Jostyn
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Jostyn que siempre soñaba con volar alto como los pájaros.
Desde muy chico miraba al cielo y se maravillaba con las nubes y los aviones que pasaban. Un día, Jostyn decidió construir su propio avión con materiales reciclados que encontró en el patio de su casa. Usó latas viejas, cartones y palitos para armarlo.
A pesar de que muchos se burlaban de él y le decían que era imposible, Jostyn no se dio por vencido. "¿Qué estás haciendo, Jostyn? Eso nunca va a volar", se reían sus vecinos. Pero él seguía trabajando con dedicación y entusiasmo en su proyecto secreto.
Pasaron días y noches enteras hasta que finalmente terminó su avioncito hecho a mano. Una mañana soleada, Jostyn llevó su creación al campo abierto detrás de su casa.
Con el corazón lleno de emoción, subió a bordo y empezó a correr tan rápido como podía. Para sorpresa de todos los presentes, ¡el avioncito despegó del suelo y comenzó a elevarse en el aire!"¡Miren, miren! ¡Jostyn está volando!", gritaban asombrados los vecinos.
Jostyn sobrevolaba el pueblo con una sonrisa radiante en el rostro. Se sentía libre como nunca antes lo había experimentado. Giraba entre las nubes y sentía la brisa acariciar su rostro mientras disfrutaba del paisaje desde las alturas.
Sin embargo, algo inesperado ocurrió: una ráfaga de viento fuerte desvió la trayectoria del avioncito hacia un bosque frondoso cercano. Jostyn intentaba controlarlo sin éxito, hasta que finalmente tuvo que hacer un aterrizaje forzoso entre los árboles.
Cuando abrió los ojos, vio ante sí a una familia de pájaros preocupados por él. Le dieron agua fresca y comida para recuperarse del susto. "Gracias por ayudarme", les dijo Jostyn con gratitud.
Los pajaritos le contaron cómo admiraban su valentía al intentar volar como ellos e incluso le ofrecieron llevarlo de regreso a casa montado sobre sus alas. Desde ese día, Jostyn aprendió que aunque sus alas fueran artificiales, su espíritu aventurero lo impulsaría siempre a alcanzar sus sueños más allá de lo imaginable.
Y así continuó explorando nuevos horizontes junto a sus amigos alados mientras inspiraba a otros niños del pueblo a creer en sí mismos y atreverse a volar alto hacia sus propias metas.
FIN.