El vuelo de la amistad



Había una vez en un lejano reino, una princesa llamada Isabella. Ella era valiente y curiosa, siempre buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraba el bosque encantado cerca de su castillo, escuchó un ruido extraño.

Intrigada, Isabella siguió el sonido hasta llegar a un claro en el bosque. Allí se encontró con un pequeño dragón verde llamado Simón. El dragón estaba atrapado entre unas ramas y no podía liberarse.

"¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda!" gritó el dragón asustado. Isabella se acercó rápidamente y desató al dragón de las ramas que lo aprisionaban. Él la miró con gratitud y dijo: "Gracias por salvarme, princesa". La princesa sonrió y respondió: "No hay de qué preocuparse, Simón.

¿Cómo terminaste atrapado aquí?"Simón explicó que había volado demasiado bajo mientras jugaba con sus amigos y que accidentalmente quedó atrapado entre las ramas del árbol. Isabella decidió llevar a Simón al castillo para asegurarse de que estuviera bien.

Durante el camino, los dos se hicieron amigos rápidamente y comenzaron a hablar sobre sus sueños y deseos. El dragón confesó que siempre había querido volar alto en el cielo como los pájaros y ver todo desde arriba.

Isabella compartió su deseo de explorar tierras lejanas más allá del reino. Cuando llegaron al castillo, la princesa presentó a Simón al rey Fernando y a la reina Victoria.

Los monarcas estaban encantados de conocer al amigable dragón y le dieron la bienvenida en el castillo. Poco a poco, Simón se convirtió en una parte querida de la familia real. Isabella y él pasaban horas juntos, soñando con nuevas aventuras y planeando cómo hacer realidad sus deseos.

Un día, mientras caminaban por los jardines del castillo, Isabella encontró un antiguo libro de hechizos olvidado. Decidió echarle un vistazo y descubrió un conjuro mágico que podría ayudar a Simón a volar alto en el cielo.

Emocionada, Isabella practicó el conjuro durante días hasta que finalmente lo dominó. Luego reunió a todos en el castillo para presenciar su gran hazaña. "¡Hoy es el día en que Simón cumplirá su sueño de volar!" anunció Isabella emocionada.

Con gran determinación, la princesa lanzó el hechizo sobre Simón y algo extraordinario ocurrió: ¡el pequeño dragón comenzó a crecer! Sus alas se expandieron y brillaron bajo los rayos del sol. Simón estaba asombrado mientras desplegaba sus grandes alas verdes.

"¡Lo logré! ¡Puedo volar!" exclamó con alegría. La princesa Isabella saltaba de emoción mientras veía a su amigo elevarse hacia las alturas. Juntos recorrieron los cielos del reino, explorando tierras desconocidas y viviendo aventuras inolvidables.

Y así fue como una valiente princesa ayudó a un pequeño dragón a cumplir sus sueños. La amistad y el apoyo mutuo los llevaron a vivir una vida llena de magia y emocionantes experiencias.

Y cada vez que volaban juntos, recordaban que los sueños pueden hacerse realidad si tienes a alguien especial a tu lado.

FIN.

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