El vuelo de la amistad


Había una vez una niña llamada Camila, una pequeña de ojos brillantes y cabello dorado como el sol. Camila era conocida en su vecindario por su alegría y entusiasmo, especialmente cuando se trataba de ir a la escuela.

Cada mañana, se despertaba con una sonrisa en el rostro y rápidamente se alistaba para comenzar su día. Un día, mientras Camila caminaba hacia la escuela, encontró un pajarito herido en el camino.

Sin dudarlo, lo recogió con cuidado y decidió llevarlo a casa para curarlo. Le puso un vendaje alrededor de su alita lastimada y le dio agua y comida hasta que estuvo listo para volar nuevamente.

Cuando llegó a la escuela, todos sus compañeros quedaron asombrados al verla con un pajarito en las manos. "-¡Miren lo que encontré! ¿Puedo quedármelo hasta que se recupere?" preguntó emocionada. La maestra permitió que Camila mantuviera al pajarito en clase siempre y cuando no causara ninguna distracción.

A partir de ese momento, todos los días durante el recreo, Camila llevaba al pajarito afuera para que pudiera disfrutar del aire libre mientras ella jugaba con sus amigos.

Con el tiempo, el pajarito recuperó completamente sus fuerzas y aprendió a volar nuevamente.

Un día soleado de primavera, cuando Camila lo dejó salir de su jaula como siempre hacía durante el recreo, algo sorprendente ocurrió: ¡el pajarito volvió a ella!"-¡Mira, Camila! ¡El pajarito está volando de vuelta hacia ti!" exclamó uno de sus amigos. Camila extendió su brazo y el pajarito se posó en él. "-Parece que ha decidido quedarse conmigo", dijo emocionada.

A partir de ese día, el pajarito se convirtió en el compañero constante de Camila. Juntos, exploraron nuevos lugares, descubrieron tesoros escondidos en la naturaleza y compartieron risas y alegría. El amor y la amistad entre ellos crecieron cada día más fuertes.

Un día, mientras caminaban por el parque juntos, un niño triste los vio y se acercó a ellos. El niño le contó a Camila que estaba pasando por momentos difíciles y que sentía mucha tristeza en su corazón.

Camila recordó lo feliz que se sentía cuando encontró al pajarito herido en el camino y decidió compartir esa felicidad con el niño triste. Extendió su brazo para ofrecerle al pajarito al niño, diciendo: "-Creo que este pequeño amigo puede ayudarte a encontrar tu alegría nuevamente".

El niño aceptó tímidamente al pajarito en sus manos y una sonrisa comenzó a formarse lentamente en su rostro. A medida que pasaba tiempo junto al pajarito, la tristeza del niño desapareció gradualmente hasta ser reemplazada por una gran alegría.

Desde aquel día, Camila continuó llevando alegría no solo a la escuela sino también a las personas que necesitaban un poco de luz en sus vidas.

A través de su amistad con el pajarito, aprendió la importancia de compartir y cuidar a los demás.

Y así, Camila se convirtió en un ejemplo para todos los niños de su vecindario, demostrando que la verdadera belleza no solo reside en el exterior, sino también en las acciones que realizamos y cómo tratamos a los demás. Y colorín colorado, esta historia llena de alegría y amistad ha terminado.

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