El vuelo de la amistad


Había una vez en un campanario muy alto, un grupo de palomas que jugaban y volaban juntas todos los días. Eran amigas inseparables y se divertían mucho compartiendo aventuras en el cielo azul.

Un día soleado, una pequeña paloma llegó al campanario. Tenía unas alas brillantes y coloridas que llamaban la atención de todas las demás palomas.

Al verla llegar, las palomas del campanario la miraron con desconfianza y decidieron no jugar con ella porque era diferente a ellas. La pequeña paloma de alas de colores se sintió triste al ser rechazada por las otras aves, pero decidió no rendirse y buscar su lugar en aquel nuevo hogar.

Pasaba sus días volando sola alrededor del campanario, observando a las otras palomas jugar juntas sin poder unirse a ellas. Un día, una densa niebla cubrió el cielo y todas las palomas perdieron de vista el camino de regreso al campanario.

Estaban asustadas y confundidas, sin saber cómo encontrar su camino de regreso a casa. -¡Estamos perdidas! ¡No podemos encontrar el camino de regreso al campanario! -exclamó una de las palomas.

En ese momento, la pequeña paloma de alas de colores se acercó volando hacia sus compañeras con determinación. -No se preocupen amigas, yo conozco este lugar como la palma de mis alas. Síganme, las guiaré de vuelta al campanario -dijo la pequeña paloma con seguridad en su voz.

Las demás palomas dudaron al principio debido a su actitud anterior hacia la nueva llegada, pero ante la necesidad urgente de encontrar su hogar, decidieron seguir a la pequeña ave colorida.

La valiente paloma les enseñó a utilizar puntos de referencia en el paisaje para orientarse en medio de la niebla espesa. Les mostró cómo reconocer diferentes árboles, edificios y montañas para encontrar el camino correcto hacia el campanario.

Después de un arduo viaje guiadas por la pequeña paloma con alas brillantes, finalmente lograron llegar sanas y salvas al querido campanario donde vivían juntas. Las demás palomas estaban impresionadas por la valentía y sabiduría demostrada por su nueva amiga. -¡Gracias por ayudarnos a volver a casa! Nos equivocamos al juzgarte solo por ser diferente.

Eres una gran amiga y te aceptamos tal como eres -dijeron las otras aves arrepentidas por su comportamiento anterior. Desde ese día en adelante, todas las palomas del campanario jugaron juntas sin importar sus diferencias.

Aprendieron que lo que realmente importa es tener un corazón valiente y generoso como el de aquella pequeña ave con alas brillantes que había llegado para enseñarles una importante lección sobre amistad y solidaridad.

Y así, juntas siguieron volando libres por los cielos compartiendo nuevas aventuras inolvidables.

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