El vuelo de la amistad
Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía en una casa rodeada de árboles. Un día, mientras jugaba en el jardín, vio a una pequeña ardilla saltando de rama en rama.
Se acercó despacio y la ardilla, lejos de asustarse, se acercó a él con curiosidad. - ¡Hola amiguita! -saludó Tomás con una sonrisa. La ardilla lo miró con sus ojitos brillantes y movió la cola como si estuviera saludándolo también.
Desde ese día, la ardilla y Tomás se volvieron inseparables. Juntos exploraban el jardín, subían a los árboles y compartían deliciosos almuerzos al sol. La mamá de Tomás observaba desde lejos esta adorable amistad y no podía evitar sentirse enternecida.
Un día de primavera, mientras jugaban cerca de un arroyo, escucharon un suave llanto proveniente del otro lado del puente. Cruzaron corriendo y encontraron a un pajarito herido que no podía volar. - ¡Pobrecito! -exclamó Tomás preocupado-.
¿Qué podemos hacer para ayudarlo? La ardilla se acercó al pajarito y lo observó detenidamente. Luego miró a Tomás con determinación. - Creo que sé qué hacer -dijo la ardilla-.
Vamos a buscar hojas suaves para hacerle un nido y agua fresca para que beba. Tomás asintió emocionado por poder ayudar al pajarito junto a su amiga peluda. Trabajaron juntos durante horas hasta lograr que el pajarito estuviera confortable y seguro en su nuevo hogar improvisado.
Los días pasaron y el pajarito se recuperaba lentamente gracias al cuidado de Tomás y la astucia de la ardilla. Una mañana soleada, el pajarito batió sus alas con fuerza y emprendió vuelo hacia el cielo azul. - ¡Lo logró! -gritó Tomás lleno de alegría-.
¡Gracias por ayudarme! La ardilla sonrió orgullosa y le dio un abrazo tierno a su amigo humano.
Desde ese día, Tomás aprendió muchas cosas importantes gracias a su amiga la ardilla: aprendió sobre el valor de la amistad verdadera, sobre cómo trabajar en equipo para superar desafíos y sobre la importancia de cuidar a los seres más vulnerables que ellos mismos.
Y así fue como una simple amistad entre un niño de 3 años y una pequeña ardilla se convirtió en una historia llena de aventuras inspiradoras que perdurarían por siempre en sus corazones.
FIN.