El Vuelo de la Amistad
En un reino lejano, lleno de magia y maravillas, vivían dos princesas: Aurora y Leonor. Cada una poseía un don especial. Aurora podía hacer que las flores crecieran con solo tocarlas, mientras que Leonor tenía la habilidad de volar gracias a un polvo mágico que le dieron las hadas en su cumpleaños.
Una mañana, mientras las dos princesas estaban en el jardín del castillo, decidieron volar juntas por primera vez.
"¿Estás lista, Leonor?", preguntó Aurora emocionada.
"¡Sí! Vamos a descubrir el mundo desde el cielo!", respondió Leonor, agitando su varita mágica.
Con un ligero toque de su varita, el polvo mágico llenó el aire a su alrededor, y en un instante, las princesas se elevaron por los cielos. La libertad de amar el vuelo las llenó de alegría. Sin embargo, el aire fresco también trajo consigo una nube de preocupación. Al volar más alto, descubrieron un pequeño dragón que parecía triste, sentado en una roca.
"¿Por qué estás tan triste, pequeño dragón?", preguntó Aurora mientras aterrizaban suavemente a su lado.
"Estoy solo y no puedo volar como ustedes porque mis alas son demasiado pequeñas", respondió el dragón con un sollozo.
"No te preocupes, amigo. Todos pueden volar de alguna manera", dijo Leonor con una sonrisa.
Las princesas, con su bondad y magia, decidieron ayudar al dragón llamado Fen un nuevo nombre: —"Fanty" .
"Fanty, ¿te gustaría probar un poco de nuestro polvo mágico? Tal vez podamos hacer algo juntos", propuso Aurora.
"Sí! Me encantaría intentar volar!", exclamó el dragón con los ojos brillando de entusiasmo.
Leonor esparció un poco de polvo mágico sobre Fanty, y para asombro de todos, sus pequeñas alas adquirieron un brillo dorado. Los tres se elevaron, y el dragón comenzó a volar por el aire como nunca lo había hecho. Pero de repente, una fuerte ráfaga de viento sopló, y Fanty comenzó a descontrolarse. Las princesas volaron para ayudarlo.
"¡Sujétate, Fanty!", gritó Leonor mientras trataba de estabilizar al dragón.
"¡Respira hondo! No te asustes!", aconsejó Aurora.
Con su ayuda y coraje, Fanty logró recuperar el control y juntos realizaron maniobras aéreas increíbles. Justo cuando pensaban que todo estaba controlado, un grupo de hadas apareció, asombradas por la escena mágica.
"¡Vaya, qué espectáculo!", dijo una de las hadas, aplaudiendo.
"¿Cómo lo hicisteis?", preguntó otra hada sin poder contener su sorpresa.
"Con la amistad y la confianza mutua!", respondió Leonor con alegría.
Las hadas, emocionadas y conmovidas por la valentía y la unión de los tres amigos, decidieron otorgar un regalo especial: un cinturón de alas mágicas para Fanty, que le permitiría volar libremente siempre que estuviera en compañía de sus nuevas amigas.
"¡Gracias! ¡Ahora podré volar con ustedes para siempre!", gritó Fanty lleno de alegría.
"¡Esto es solo el comienzo de nuestras aventuras!", sonrió Aurora.
Desde ese día, Aurora, Leonor y Fanty exploraron el mundo juntos, aprendiendo sobre la importancia de la amistad y la colaboración. Las princesas también compartieron su magia con todos en el reino, enseñando a otros a encontrar una forma propia de volar, ya sea real o en su imaginación.
Y así, en el corazón de un reino mágico, tres amigos demostraron que la verdadera magia reside en la amistad y la fuerza que encontramos al ayudarnos unos a otros.
FIN.