El Vuelo de la Amistad
En un pequeño pueblo, había un niño llamado Tomi que tenía un perro llamado Roco y una cometa colorida que había construido con su mamá. Cada fin de semana, Tomi, Roco y la cometa pasaban horas volando juntos en el parque. La cometa danzaba en el cielo como un pájaro alegre, y Roco corría a su lado, ladrando felizmente.
Un día, mientras volaban la cometa, una fuerte ráfaga de viento apareció de repente. La cometa empezó a moverse descontroladamente, y, en un descuido, se enredó en un árbol gigante. Tomi se desesperó.
"¡Oh no, Roco! ¿Qué haremos?" - dijo con lágrimas en los ojos.
Roco, entendiendo la angustia de su amigo, intentó trepar al árbol, pero no pudo llegar a la cometa.
"¡Tomi! ¡No te preocupes! Tengo una idea. Vamos a buscar ayuda" - ladró Roco.
Decididos a recuperar la cometa, Tomi y Roco corrieron hacia la casa del abuelo Pato, conocido por ser un gran inventor.
"¡Abuelo Pato!" - exclamó Tomi al llegar. "¡Mi cometa se atascó en un árbol y necesitamos sacarla!"
"No se preocupen, chicos. Tengo una herramienta perfecta para esto" - respondió el abuelo, mientras buscaba en su viejo cobertizo. Sacó una larga vara con un gancho al final.
"¡Genial! ¿Nos ayudarías, abuelo?"
El abuelo aceptó, y juntos se dirigieron al árbol. Con cuidado, intentaron liberar a la cometa, pero una nueva dificultad apareció. Justo cuando la cometa estaba a punto de soltarse, una bandada de pájaros enfadados salió del nido que estaba en el árbol y comenzó a picotear a Roco.
"¡Roco, cuidado!" - gritó Tomi, temiendo que su amigo pudiera lastimarse.
Roco, valiente como siempre, trató de alejar a los pájaros.
"¡No te preocupes, Tomi! ¡Soy un perro valiente!" - ladró Roco mientras corría de un lado a otro.
Pero el abuelo Pato vio que debían cambiar su estrategia. Mientras Roco distraía a los pájaros, el abuelo pensó que lo mejor sería atraerlos hacia otro lugar. Se le ocurrió una idea brillante.
"Tomi, llévame al carnicero del pueblo. Tal vez tenga algo que podamos usar para atraer a esos pájaros" - sugirió el abuelo.
Tomi y Roco corrieron juntos, pensando en la mejor manera de ayudar. Al llegar a la carnicería, el carnicero, viendo su preocupación, les dio un pequeño trozo de carne.
"Llévenlo al árbol y los pájaros vendrán" - les dijo sonriendo.
El plan funcionó. Tomi y el abuelo Pato colocaron el pedazo de carne a algunos metros del árbol mientras Roco se movía rápidamente para asegurarse de que los pájaros lo notaran. Poco a poco, los pájaros dejaron de prestar atención a Roco y volaron hacia la carnicería.
"¡Vamos, abuelo! ¡Ahora es nuestra oportunidad!" - gritó Tomi.
Con la vara en mano y el gancho colocado, el abuelo logró liberar la cometa con un movimiento rápido. Tomi estalló en alegría.
"¡Lo lograste, abuelo! ¡Gracias!" - dijo, abrazando a Roco.
Pero cuando miraron hacia el cielo, se dieron cuenta de que la cometa había sufrido algunos daños. Tomi se sintió triste.
"No puedo volar una cometa rota. ¡Estoy muy desilusionado!" - sollozó.
"No te preocupes, Tomi. Lo importante no es la cometa, sino que estamos juntos y siempre podemos arreglarla" - dijo Roco, moviendo su cola.
Tomi sonrió, sintiéndose agradecido por tener a Roco y al abuelo en su vida.
"Sí, tenés razón, Roco. Vamos a arreglarla juntos. ¡Y luego volaremos otra vez!" - exclamó con determinación.
De regreso a casa, Tomi se sentó a trabajar en su cometa junto al abuelo Pato. Roco los observó con una expresión de felicidad. Comprendieron que aunque enfrentaron dificultades, lo más importante era su amistad y el trabajo en equipo.
Después de varias horas, la cometa estaba lista. El trío salió nuevamente al parque en busca de un buen día y un cielo despejado.
Cuando finalmente volaron la cometa, el viento sopló suavemente y los llevó a nuevas alturas, llenando de risas y alegría el lugar.
"¡Mirá cómo baila, Roco!" - gritó Tomi mientras la cometa surcaba los cielos.
"¡Es hermosa, Tomi! ¡Como nuestra amistad!" - ladró Roco, feliz de estar ahí.
Y así, Tomi, Roco y la cometa aprendieron que juntos podían enfrentar cualquier desafío y que la amistad, la creatividad y el trabajo en equipo eran verdaderos tesoros que siempre volarían alto en sus corazones.
FIN.