El vuelo de la mariposa
Había una vez en la universidad un grupo de amigas inseparables: Delfina, Luciana, Fiorella y Lucila. Siempre iban juntas a clases, almorzaban en el mismo lugar y se reunían para estudiar.
Eran como cuatro patas de una mesa, siempre juntas y complementándose entre sí. Un día, Luciana llegó un poco tarde a la facultad y al entrar al aula se dio cuenta de que no estaban sus amigas. Se sintió confundida y preocupada.
No sabía dónde podían estar, así que decidió buscarlas por todo el campus.
Mientras caminaba por los pasillos, se encontró con diferentes personas que le indicaron que habían visto a las chicas en distintos lugares: en la biblioteca, en la cafetería e incluso cerca del lago artificial que había en la universidad. Luciana corrió de un lado a otro siguiendo las pistas, pero no lograba dar con sus amigas.
Después de un rato de búsqueda intensa, Luciana decidió sentarse en un banco bajo un árbol para descansar un momento y pensar qué hacer a continuación. Fue entonces cuando vio algo brillando entre las hojas caídas: era una mariposa azul muy hermosa revoloteando cerca de ella.
"¡Hola! ¿Estás perdida?", preguntó la mariposa con voz suave. Luciana parpadeó sorprendida por escuchar hablar a una mariposa. Dudó por un instante si estaba soñando o si realmente estaba ocurriendo aquello. "Sí... Estoy buscando a mis amigas", respondió finalmente Luciana.
La mariposa azul le sonrió y le dijo: "No te preocupes, todo tiene solución. A veces es necesario detenerse y observar lo que nos rodea para encontrar lo que buscamos".
Con estas palabras en mente, Luciana decidió seguir el consejo de la mariposa y comenzó a prestar atención a los detalles del entorno. Escuchaba atentamente los sonidos del campus, miraba cada rincón con detenimiento y respiraba profundo para relajarse.
Fue entonces cuando notó algo peculiar: unas risas provenientes del edificio vecino al cual nunca habían ido juntas antes.
Sin dudarlo dos veces, se encaminó hacia allí siguiendo el sonido de las risas hasta llegar a una sala donde encontró a Delfina, Fiorella y Lucila disfrutando de una clase especial sobre arte contemporáneo. "¡Luciana! ¡Qué alegría verte aquí!", exclamaron las chicas al verla entrar. Luciana les contó toda su aventura buscándolas por todas partes hasta llegar allí gracias al consejo inesperado de la mariposa azul.
Las cuatro amigas rieron juntas recordando aquel divertido episodio e hicieron planes para seguir explorando juntas nuevos espacios dentro de la universidad.
Desde ese día aprendieron que muchas veces es importante detenerse, observar con atención lo que nos rodea e incluso escuchar los consejos más inesperados para encontrar aquello que estamos buscando. Y así siguieron siendo inseparables compartiendo risas, sueños y experiencias dentro y fuera del campus universitario.
FIN.