El vuelo de la mariposa mágica


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Mateo. Mateo era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras por descubrir.

Un día, mientras jugaba en el bosque cerca de su casa, se adentró más allá de lo que solía hacerlo y se perdió. - ¡Oh no! ¿Dónde estoy? - exclamó Mateo mientras miraba a su alrededor sin reconocer nada. El sol comenzaba a ponerse y Mateo empezaba a sentir miedo.

Fue entonces cuando vio una luz brillante entre los árboles. Se acercó lentamente y descubrió que provenía de una hermosa mariposa dorada. - Hola, Mateo - dijo la mariposa con voz suave.

- Soy Luzia, enviada por Dios para guiarte de regreso a casa. Mateo se sorprendió pero sintió paz al mismo tiempo al escuchar esas palabras.

- ¿En serio? ¡Gracias, Luzia! Estoy perdido y tengo miedo de no poder volver a mi casa - respondió Mateo con esperanza en sus ojos. Luzia le sonrió y le indicó que la siguiera. Mientras caminaban juntos por el bosque, Luzia le contaba historias increíbles sobre la naturaleza y la importancia de cuidarla.

Mateo estaba fascinado por cada palabra que salía de los labios de la mariposa dorada. Después de un largo camino, llegaron a las afueras del pueblo donde Mateo reconoció finalmente el camino hacia su hogar.

- ¡Gracias, Luzia! No sé qué hubiera hecho sin tu ayuda - expresó Mateo emocionado mientras abrazaba cariñosamente a la mariposa dorada. - Recuerda, Mateo, siempre hay luz en los momentos oscuros si mantienes viva la esperanza en tu corazón - dijo Luzia antes de desaparecer entre destellos dorados.

Desde ese día, Mateo aprendió a valorar cada aventura como una oportunidad para crecer y nunca más volvió a perderse en el bosque. Siempre recordaría con cariño aquella vez que recibió la ayuda divina para encontrar su camino de regreso a casa.

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