El Vuelo de la Mariposa Triste



Había una vez un pequeño pueblo llamado Colorín, donde todas las mariposas eran muy felices, menos Lupi, una mariposa de color gris, desganada y sin brillo. En este pueblo también había un lugar especial, el Jardín de las Emociones, lleno de flores de todos los colores que transmitían alegría, amor y esperanza.

Una mañana soleada, Lupi voló hacia el jardín. Se posó sobre una flor marchita, mientras observaba a las otras mariposas revoloteando con gracia. Una mariposa de brillantes alas amarillas se le acercó y le dijo:

- “¡Hola! Soy Sol, ¿por qué no vuelas con nosotras? ”

Lupi suspiró y respondió:

- “No puedo, no tengo ganas de ser feliz. No tengo colores como ustedes.”

Sol la miró con compasión.

- “El color no viene solo de fuera, Lupi. A veces hay que dejar que los sentimientos broten desde adentro, ¿no te gustaría intentar? ”

Lupi se sintió un poco curiosa, pero aún así, no estaba segura. Entonces, decidió quedarse en el jardín. Mientras observaba a las mariposas, escuchó un suave murmullo. Se acercó a un grupo de flores que estaban hablando entre sí.

- “¿Sabían que hoy es el día del Festival de Colores? ”

- “Sí, y todas las mariposas participarán en la competencia de vuelo! ”

Lupi se sintió un poco más animada.

- “¿Quizás yo podría intentar volar también? ” pensó. Entonces, se acercó nuevamente a Sol y le dijo:

- “Me gustaría participar, pero estoy tan gris…”

- “Tu color no define tu valía. Todos los colores son bienvenidos en el festival, lo importante es que disfrutes! ” Sol animó a Lupi con una sonrisa.

Lupi, decidida a cambiar, se lanzó al aire con mucho esfuerzo y empezó a practicar su vuelo en el Jardín de las Emociones. Al principio, se sintió torpe y pesada, pero poco a poco empezó a disfrutar el viento en sus alas. En cada vuelo, Lupi se sintió un poco más ligera y su gris empezaba a brillar.

Mientras practicaba, Lupi escuchaba a las flores que le decían:

- “¡Eso es, Lupi! ¡Sigue volando, estamos contigo! ”

Los sonidos la llenaron de energía.

El día del festival llegó. Todas las mariposas del pueblo estaban allí, mostrando sus colores vibrantes. Lupi se sintió nerviosa, pero en el fondo sabía que lo importante era participar y disfrutar. Antes de su turno, Sol se le acercó.

- “Recuerda, Lupi, lo que importa es la alegría con la que vuelas. Confía en tus alas.”

Cuando llegó su turno, Lupi respiró hondo y se lanzó al aire. Al principio, voló temblando, pero pronto dejó que la música del festival la guiara. Los aplausos de las flores resonaban mientras las mariposas la animaban.

Y entonces..... ¡su gris comenzó a transformarse! Con cada movimiento, su color empezó a brillar y a mezclarse con los tonos del jardín. Cuando llegó al centro, un destello de luz la envolvió, y de repente, Lupi dejó de ser solo gris. Desparecieron la desilusión y la tristeza, reemplazadas por Bellos matices de azul, verde y hasta un toque de oro.

Al aterrizar, todos aplaudieron.

- “¡Bravo, Lupi! ¡Eres maravillosa! ”

Lupi sonrió, sintiéndose más viva que nunca.

- “Gracias, chica, ahora sé que puedo ser muy colorida. Solo necesitaba creer en mí! ”

Desde ese día, Lupi no solo era conocida por su transformación, sino que también se convirtió en una amiga del Jardín de las Emociones, ayudando a otras mariposas a descubrir su propio brillo. Y así, en el pueblo Colorín, cada mariposa, sin importar el color de sus alas, aprendió que la felicidad comienza desde adentro y que todos podemos volar alto si somos valientes.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!