El vuelo de las mariposas

! Tania, entusiasmada por la idea de su hermano, asintió emocionada y juntos comenzaron a seguir a las mariposas. El camino las llevó a través de un prado lleno de flores silvestres y árboles frondosos.

Las mariposas parecían jugar con ellos, moviéndose de un lado a otro mientras Tommy y Tania reían felices. - ¡Mira, Tommy! ¡Esa mariposa azul es tan hermosa! -exclamó Tania señalando una mariposa que brillaba bajo el sol. - Sí, es increíble.

Parece un pedacito de cielo volando entre nosotros -respondió Tommy con admiración. Continuaron siguiendo a las mariposas más adentro del bosque, donde los rayos del sol se filtraban entre las ramas creando destellos dorados en el suelo cubierto de hojas secas.

De repente, las mariposas se detuvieron frente a un pequeño arroyo cristalino que fluía suavemente. - ¿Crees que quieren que los sigamos allí? -preguntó Tania con curiosidad. Tommy sonrió y extendió la mano hacia su hermana.

- Solo hay una forma de averiguarlo. Vamos juntos. Cruzaron el arroyo saltando de piedra en piedra hasta llegar a una clara pradera verde salpicada de margaritas blancas.

Las mariposas revoloteaban alrededor de ellos como si les estuvieran mostrando algo especial. De repente, escucharon un zumbido suave y vieron acercarse a una abeja trabajadora cargada de polen hacia una colmena cercana.

Observaron fascinados cómo la abeja entraba en la colmena para entregar su preciosa carga y regresaba al campo en busca de más néctar. - ¡Qué laboriosa es esa abeja! Trabaja duro para llevar comida a su hogar -comentó Tania impresionada por la escena. - Sí, es asombroso cómo cada ser vivo cumple su función en la naturaleza.

Todos somos parte de este gran ciclo de vida -agregó Tommy reflexivo. Las mariposas continuaban revoloteando alrededor de los niños antes de desaparecer lentamente en el horizonte dorado del atardecer.

Tommy y Tania se miraron con complicidad, sabiendo que habían vivido una aventura inolvidable siguiendo a aquellas coloridas criaturas aladas.

Regresaron al jardín justo a tiempo para cenar con sus padres, quienes escucharon emocionados el relato de la tarde mágica que habían vivido los hermanos persiguiendo mariposas y descubriendo la importancia del trabajo en equipo y la belleza oculta en cada rincón del mundo natural.