El vuelo de Lola


Había una vez en un bosque encantado, una pequeña ardilla llamada Lola que siempre soñaba con volar como los pájaros.

Todos los días observaba con envidia cómo las aves planeaban por el cielo y se sentía triste por no poder hacer lo mismo. Un día, mientras Lola buscaba nueces para su almuerzo, se encontró con un búho sabio llamado Don Óscar. El búho notó la tristeza de Lola y le preguntó qué le pasaba.

Entre sollozos, la ardilla le contó su deseo de volar y sentir la libertad que experimentaban las aves.

Don Óscar sonrió con ternura y le dijo a Lola: "Pequeña ardilla, aunque no puedas volar como los pájaros, tienes otras habilidades maravillosas que te hacen única. En lugar de compararte con ellos, descubre tus propios talentos". Lola escuchó atentamente las palabras del búho sabio y decidió seguir su consejo.

Comenzó a explorar el bosque en busca de nuevas actividades que despertaran su interés. Descubrió que era muy ágil trepando árboles y que tenía una gran habilidad para encontrar comida escondida. Un día, mientras jugaba cerca de un río, vio a un pajarito atrapado entre unas ramas.

Sin dudarlo, Lola utilizó su destreza trepadora para llegar hasta el pajarito y liberarlo. El ave, agradecida, le dijo: "¡Gracias por salvarme! Eres realmente asombrosa". Desde ese momento, Lola entendió que no necesitaba volar para ser especial.

Había encontrado su propósito al ayudar a otros seres del bosque con sus habilidades únicas. "¿Viste Lola? No necesitas volar para ser increíble", dijo Don Óscar orgulloso. "Gracias por enseñarme esa valiosa lección", respondió Lola con una sonrisa radiante.

Y así, Lola dejó de compararse con los pájaros y abrazó sus dones especiales que la hacían única en el bosque encantado. Desde entonces, vivió feliz siendo ella misma y compartiendo su amor y bondad con todos los habitantes del bosque.

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