El Vuelo de los Colibríes
En un bosque lleno de magia y colores vibrantes, vivía una pequeña colibrí llamada Lila. Ella estaba consciente de su deseo de explorar el mundo más allá de su hogar, pero siempre se encontraba reticente. "¿Qué pasará si me alejo demasiado?", se preguntaba.
Un día, mientras Lila se alimentaba de néctar de las flores, conoció a un anciano búho llamado Don Sabio. "Hola, pequeña. ¿Por qué te veo tan pensativa?"
"Quiero volar lejos y conocer la gran montaña, pero tengo miedo."
"La vida está llena de sorpresas. La elevación de tus sueños depende de tu valentía para tomar el vuelo."
"¿Y cómo puedo ser valiente, Don Sabio?"
"A veces, el primer paso es el más difícil, pero debes confiar en ti misma. Piensa en lo que podrías descubrir."
Motivada por las palabras del búho, Lila decidió que al día siguiente comenzaría su viaje. La noche pasó y, con el primer rayo de sol, la pequeña colibrí estaba lista. Con un último vistazo a su hogar, alzó el vuelo.
A medida que volaba, Lila disfrutaba la sinceridad del viento acariciando sus plumas. Sin embargo, a medida que se alejaba del bosque, las nubes comenzaron a oscurecer el cielo y el viento soplaba con una fuerza abrupta. Lila se sintió vulnerabilidad.
"¡Oh no! Esto es mucho más difícil de lo que pensé", gritó, aleteando desesperadamente.
En ese momento, recordó lo que Don Sabio le había dicho sobre ser valiente, así que respiró hondo y dejó que su instinto la guiara. De repente, notó que otras aves volaban a su lado, preparándose para enfrentar la tormenta.
"¡Hola, pequeña colibrí!", gritó un loro colorido llamado Pipo. "¿Vas en dirección a las Montañas Altas? ¡Nosotros también!"
"Sí, pero tengo miedo de volar en esta tormenta."
"No te preocupes. Vamos a volar juntos. La distribución de nuestras fuerzas hace que el vuelo sea más fácil".
Con el apoyo de sus nuevos amigos, Lila se sintió más fuerte. Juntos se elevaron por encima de las nubes. De repente, la tormenta estalló en un relámpago cortante que iluminó el cielo.
"¡Increíble!", exclama Lila. "¡Nunca pensé que podría ver algo así!"
Cuando el sol apareció, la vista de las montañas era impresionante. "¡Miren!", gritó Pipo. "¡Llegamos!"
Vieron un campo de flores aún más coloridas que las que Lila recordaba de su hogar. Con curiosidad y alegría, exploraron la nueva tierra. Allí, Lila aprendió la importación de la unión y la recepción mutua entre amigos.
Con cada rincón que exploraban, Lila se sentía más fuerte y más valiente. Ella y Pipo encontraron un gran claro donde muchos colibríes estaban bailando y disfrutando del néctar.
"Ven, únete a nosotros" dijo uno de ellos.
Lila no podía creer que había encontrado una nueva familia de amigos. Decidió bailar junto a ellos. Así, se pasaron el día riendo y compartiendo historias de sus aventuras.
Más tarde, mientras el sol se ponía, Lila se dio cuenta de lo que había aprendido. "No sólo he volado lejos de casa, sino que también he encontrado nuevos amigos y descubierto que ser valiente vale la pena. Cuando uno se siente seguro y apoyado, las decisiones difíciles se vuelven más sencillas".
Cuando regresó a su hogar, Lila ya no era la misma. "Don Sabio, ya no tengo miedo de volar lejos, porque el amor y la amistad son el motor de nuestros vuelos."
El búho sonrió, satisfecho. "Recuerda, pequeña, la distribución de tu valentía puede elevar a otros también. Cada vez que te atrevas a volar, inspiras a otros a hacer lo mismo."
Desde ese día, Lila se convirtió en un símbolo de valentía y amistad en el bosque, siempre dispuesta a ayudar a quienes tenían miedo de volar. Su lema era:
"¡Volar no es sólo un acto, es también compartir!"
Y así, las aves del bosque y sus nuevas amigas volaron juntas, descubriendo más de lo que jamás soñaron, uniendo corazones y creando lazos que nunca se romperían.
FIN.