El vuelo de Margarita



llamada Margarita, que vivía en un hermoso jardín lleno de flores de colores brillantes. Margarita era diferente a las demás mariposas, ya que tenía unas alas muy pequeñas y no podía volar como el resto.

Un día, mientras todas las mariposas revoloteaban por el jardín, Margarita se sentó tristemente en una flor. Miraba con envidia cómo sus amigas volaban y jugaban entre ellas. "¡Ay! Me gustaría tanto poder volar", suspiraba Margarita.

De repente, una abeja llamada Benito se acercó y vio a Margarita triste.

Se posó sobre la flor donde estaba ella y le preguntó:"¿Por qué estás tan triste, Margarita?"Margarita levantó la cabeza y le contó a Benito su deseo de poder volar como las demás mariposas. Benito sonrió amablemente y le dijo:"No te preocupes, querida amiga. Aunque tus alas sean pequeñas, tienes muchas otras cualidades especiales. "Margarita miraba a Benito confundida.

"¿A qué te refieres? ¿Qué puedo hacer yo con mis pequeñas alas?", preguntó curiosa. Benito comenzó a explicarle lo importante que era su presencia en el jardín. Le contó cómo ella polinizaba las flores cada vez que se posaba en ellas para beber néctar.

Sin saberlo, Margarita ayudaba al crecimiento y reproducción de todas las plantas del jardín. "Tú eres esencial para la vida del jardín", dijo Benito emocionado. Margarita se sorprendió al escuchar esto. Nunca había pensado que su presencia pudiera ser tan importante.

"Entonces, ¿no necesito volar para ser feliz?", preguntó Margarita con una sonrisa en el rostro. Benito asintió y le dijo:"Exactamente, Margarita. No importa si no puedes volar como las demás mariposas.

Lo importante es que eres única y tienes un propósito especial en este jardín". A partir de ese día, Margarita dejó de sentirse triste por no poder volar. Apreciaba su pequeño tamaño y sus alas diminutas, sabiendo que tenía un papel fundamental en la naturaleza.

Cada vez que se posaba en una flor, Margarita sentía alegría al saber que estaba ayudando a mantener vivo el jardín. Con el tiempo, los demás insectos del jardín también se dieron cuenta de la importancia de Margarita.

La admiraban por su dedicación y valentía al enfrentarse a sus limitaciones sin rendirse. Y así fue como Margarita se convirtió en la mariposa más querida y respetada del jardín.

Todos aprendieron a valorarse tal como eran y a reconocer la belleza de cada uno sin importar las diferencias. Desde aquel día, el jardín estuvo lleno de amor y aceptación hacia todos sus habitantes gracias a la inspiradora historia de superación de Margarita, la mariposa con alas pequeñas pero un gran corazón.

FIN.

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