El vuelo de Pachamama


Había una vez en la Cordillera de los Andes, un pequeño cóndor llamado Pachamama. Pachamama era un cóndor curioso y valiente que siempre soñaba con volar alto y explorar el mundo que lo rodeaba.

Un día, mientras jugaba con sus amigos cerca de un glaciar, escuchó a su mamá llamarlo desde lo alto de una montaña. "¡Pachamama, ven aquí!", gritó su mamá con voz preocupada.

El pequeño cóndor rápidamente voló hacia ella y le preguntó qué sucedía. "Pachamama, hoy es tu día especial. Es momento de que aprendas a volar como un verdadero cóndor", dijo su mamá con una sonrisa amorosa. Pachamama se emocionó mucho al escuchar estas palabras.

Sabía que volar significaba libertad y aventura, pero también sabía que no sería fácil aprender. Sin embargo, estaba decidido a intentarlo.

Su mamá lo llevó a lo más alto de la montaña y le explicó cómo debía extender sus alas y dejarse llevar por el viento. Pachamama respiró hondo y saltó al vacío, extendiendo sus alas tan fuerte como pudo. Al principio fue difícil mantenerse en el aire, pero poco a poco fue tomando altura y sintió la emoción recorrer todo su cuerpo.

Volaba cada vez más alto, rodeado por las imponentes montañas y los brillantes glaciares. "¡Mira mamá, estoy volando!" exclamó Pachamama emocionado mientras planeaba majestuosamente por los cielos andinos.

Su mamá lo observaba con orgullo desde abajo, sabiendo que su pequeño cóndor se convertiría en uno de los más grandes del reino andino. Pachamama pasó horas explorando los bosques frondosos y las extensas estepas de la cordillera.

Se encontraba maravillado por la belleza natural que lo rodeaba y agradecido por tener la oportunidad de vivir esa experiencia única. Sin embargo, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Pachamama recordó que pronto tendría que regresar a su nido para descansar junto a su familia.

Con mucha felicidad en el corazón regresó junto a su madre quien lo recibió con cariño después de haber demostrado ser un gran volador pese a ser aún muy joven; ambos disfrutaron juntos del atardecer entre las cumbres nevadas hasta caer dormidos bajo las estrellas brillantes del cielo andino.

Desde ese día en adelante, Pachamama siguió explorando los cielos de la Cordillera de los Andes junto a su familia, convirtiéndose en uno de los cóndores más respetados y valientes del lugar.

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