El vuelo de Seby


Había una vez un pequeño bebé llamado Seby. Era el bebé más hermoso y amado por sus padres, quienes lo cuidaban con todo su amor y dedicación.

Un día, mientras Seby jugaba en el jardín de su casa, vio a un pajarito herido en el suelo. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia él y lo levantó con mucho cuidado. "¡Pobre pajarito! Estás lastimado", dijo Seby con preocupación.

El pajarito parecía asustado al principio, pero pronto se dio cuenta de que Seby solo quería ayudarlo. El bebé decidió llevarlo adentro de la casa para curarlo. Se acercó a su mamá y le mostró al pajarito herido.

Ella sonrió y dijo:"¡Qué valiente eres, Seby! Vamos a buscar una caja para ponerlo dentro mientras buscamos ayuda". Mamá encontró una caja pequeña y cómoda para el pajarito mientras papá llamaba a un veterinario especializado en aves.

El veterinario explicó que el pajarito tenía una alita rota y necesitaba descansar para poder sanar adecuadamente. También les enseñó cómo alimentarlo correctamente hasta que estuviera listo para volar nuevamente. Seby estaba emocionado porque sería responsable de cuidar del pequeño pajarito hasta que se recuperara por completo.

Los días pasaron y Seby aprendió muchas cosas sobre los pájaros: qué comen, cómo vuelan y cómo construyen sus nidos. Pasaba horas observando al pajarito desde la ventana, esperando ansioso verlo volar libremente otra vez.

Un día, cuando el veterinario revisó al pajarito, les dijo a Seby y a sus padres que ya estaba lo suficientemente fuerte como para ser liberado. Todos se alegraron por la noticia, pero Seby también se sintió un poco triste. "¿Qué pasa, Seby?" preguntó su mamá preocupada.

"Me da un poquito de pena dejarlo ir", respondió Seby con lágrimas en los ojos. Sus padres entendieron cómo se sentía y le explicaron que era normal tener esos sentimientos.

También le recordaron lo valiente y amoroso que había sido al cuidar del pajarito hasta ese momento. "Seby, recuerda que ahora el pajarito está sano gracias a ti. Y aunque te duela dejarlo ir, sabes que es lo mejor para él.

Ahora podrá volar libremente y vivir su vida como debe ser", dijo papá con ternura. Seby secó sus lágrimas y asintió con una sonrisa en su rostro. Sabía que era hora de despedirse del pajarito y dejarlo partir.

Esa tarde, toda la familia fue al jardín para liberar al pajarito. Seby sostuvo la caja con mucho cuidado mientras abría la tapa lentamente. El pajarito salió rápidamente y comenzó a volar hacia el cielo azul.

Todos miraban maravillados cómo el pequeño pájaro se alejaba cada vez más alto en el horizonte. Fue un momento lleno de emociones encontradas para Seby, pero también comprendió la importancia de permitirle a otros ser libres y seguir su propio camino.

Desde aquel día, Seby siempre recordó la lección que aprendió con el pajarito. Siguió siendo amoroso y valiente, cuidando de los seres vivos y ayudándolos cuando lo necesitaban.

Y así, Seby creció convirtiéndose en una persona amable y compasiva, siempre dispuesto a extender su mano para ayudar a otros. Fin.

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