El vuelo del amor fraternal
Había una vez una niña llamada Emilia Margarita y su hermano Joaquín, quienes vivían en un pequeño pueblo en Argentina. Emilia Margarita y Joaquín eran muy cercanos, pero también tenían sus diferencias y peleaban constantemente.
Un día, mientras jugaban en el jardín de su casa, Emilia Margarita encontró una mariposa herida. Sin pensarlo dos veces, decidió cuidarla y darle un lugar seguro para que se recuperara.
Llenó un frasco con flores frescas y hojas verdes para la mariposa. Cuando Joaquín vio lo que su hermana estaba haciendo, se acercó curioso. "-¿Qué estás haciendo, Emilia Margarita?", preguntó él. "-Encontré a esta pobre mariposa lastimada", respondió ella.
"-Voy a cuidarla hasta que esté lista para volar de nuevo". Joaquín quedó impresionado por la compasión de su hermana y decidió ayudarla. Juntos buscaron información sobre cómo cuidar mariposas y aprendieron todo lo necesario para mantenerla sana.
Con el paso de los días, Emilia Margarita y Joaquín observaron cómo la mariposa se fortalecía poco a poco gracias a sus cuidados amorosos. Se emocionaron al ver cómo abría sus alas coloridas e intentaba volar dentro del frasco.
Un día soleado, cuando la mariposa ya estaba completamente recuperada, los niños decidieron liberarla en el jardín. Abrieron el frasco con mucho cuidado y dejaron que volara hacia la libertad.
Emocionados por su pequeño logro, Emilia Margarita y Joaquín se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos y cuidarse mutuamente. Comprendieron que aunque tuvieran diferencias, podían encontrar soluciones pacíficas para resolver sus problemas.
A partir de ese momento, los hermanos decidieron hacer un pacto: siempre se apoyarían y tratarían con respeto, recordando el amor incondicional que sentían por su mamá. Sabían que ella estaba orgullosa de ellos y quería verlos felices y unidos. Con el tiempo, Emilia Margarita y Joaquín se convirtieron en los mejores amigos.
Aprendieron a comunicarse mejor y a valorar las cualidades únicas del otro. Ya no peleaban tanto como antes, sino que jugaban juntos y disfrutaban cada momento compartido.
Y así, gracias a una mariposa herida, Emilia Margarita y Joaquín descubrieron la importancia del amor fraternal y la fuerza que puede surgir cuando trabajamos en equipo.
FIN.