El Vuelo del Pajarito



Había una vez un pajarito llamado Luni que vivía en un hermoso bosque lleno de árboles frondosos y flores de colores brillantes. Luni era un pequeño pájaro azul que encantaba a todos los animales del bosque con su canto melodioso. Todos lo querían, y siempre estaban dispuestos a ayudarlo.

Un día, mientras Luni cantaba en su rama favorita, se acercó una ardilla muy curiosa, llamada Tito.

"Hola, Luni. ¿Por qué siempre cantas tan alegremente?" preguntó Tito.

"Porque me siento feliz viviendo aquí, entre amigos y la belleza de la naturaleza" respondió Luni sonriendo.

Tito, que siempre estaba intrigado, se quedó pensando y dijo:

"Sería genial poder volar como vos. ¿No te gustaría ayudarme a aprender?"

"¡Claro que sí! Pero volar no es tan fácil como parece. Necesitamos practicar y trabajar en eso juntos."

Y así fue como Luni y Tito decidieron entrenar juntos. Durante días, Luni mostraba a Tito cómo abrir bien sus patitas y cómo saltar. Sin embargo, lo que Tito de verdad quería era poder volar como Luni.

Una mañana, Luni llevó a Tito a una colina alta, donde el viento soplaba con fuerza.

"Mirá, Tito, aquí podrás sentir lo que es el viento en tus patitas. Solo necesitas un poco de impulso."

"Pero, Luni, mis patitas no son como las tuyas. No tengo alas.. ¿realmente puedo volar?"

"Todos pueden volar de alguna manera, solo hay que encontrar la forma. ¡Vamos, creé en vos!"

Tito se armó de valor y corrió hacia el borde de la colina. Sin embargo, en el último momento, se detuvo.

"Parece muy peligroso, quizás no estoy listo..."

"No te preocupes, yo estaré a tu lado. ¡Sólo confiá en que podés hacerlo!" supportó Luni.

Con el aliento hondo, Tito tomó impulso y saltó. En lugar de volar, cayó... pero aterrizó en un arbusto suave, que lo acolchó.

"¡Uff! No me lastimé, pero no volé!"

"No te preocupes, eso fue solo un intento. ¡Lección aprendida! Debes hacer un movimiento más ágil, como un salto de juego en el aire. Vamos de nuevo!"

Con cada intento, Tito se volvía más valiente. Un día, mientras practicaban, escucharon un gran ruido en el bosque. Era un grupo de animales dispersos por un gran árbol que se había caído.

"¡Oh no! ¡El árbol que nos da sombra y hogar ha caído!" lloró una tortuga llamada Sofía.

"¡Debemos ayudar, pero cómo!" exclamó un ratón.

Luni vio que sus amigos se sentían incapaces de mover el árbol. Decidió usar su canto para tranquilizarlos.

"¡Escuchen! Juntos somos más fuertes. Trabajemos en equipo. Nadie se siente solito, ¡y Tito, tal vez, tenga un plan!"

Tito, sintiéndose impulsado por la confianza de su amigo, se le ocurrió una idea.

"¿Y si hacemos una cadena? Luni, volá y pedile a las aves que se unan para moverlo. Todos los demás, empujemos el tronco por abajo. Juntos podemos!"

Con el canto de Luni guiando a las aves, ellas comenzaron a llegar, una por una. Llenaron el cielo y empezaron a empujar el árbol con todas sus fuerzas. Los otros animales hicieron su parte, empujando y empujando.

Poco a poco, el árbol comenzó a moverse. Todos juntos, haciendo fuerza, lograron despejar el camino.

"¡Lo logramos!" gritó Sofía con alegría.

"Luni, ¡sos un gran cantante y Tito, un gran pensador!"

"Y yo aprendí que aunque no tengo alas, eso no impide que pueda ayudar a mis amigos." añadió Tito con orgullo.

Ese día, Tito no solo sintió que había dado un gran salto al ayudar, sino que también se dio cuenta de que todos podemos volar de maneras diferentes. Desde entonces, cada vez que una situación difícil apareció, Luni y Tito sabían que, trabajando juntos, podían superar cualquier obstáculo. Y así, en el bosque, los frutos del trabajo en equipo florecieron, mostrando que la verdadera fuerza está en la unión de corazones.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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