El Vuelo del Pájaro Trueno



En un bosque mágico donde la luna llenaba de luz plateada el sendero, vivían unos simpáticos duendes. Ellos eran los guardianes de la naturaleza y cuidaban de los animales y plantas del lugar. Una noche, mientras las estrellas titilaban en el cielo, un pequeño duende llamado Lúmini se sentó sobre una piedra, preocupado.

"¿Qué te pasa, Lúmini?" - preguntó su amigo Brillo, agregando su brillo extra a la conversación.

"No lo sé, Brillo. Escuché a las aves hablar sobre un misterioso Pájaro Trueno. Dicen que puede traer la lluvia y ayudar a que nuestras plantas crezcan. Pero nadie lo ha visto en años."

Intrigados, Lúmini y Brillo decidieron que tenían que encontrar al Pájaro Trueno. Así que se armaron de valor y comenzaron su búsqueda. Cuando avanzaron por el bosque, encontraron una anciana tortuga llamada Tula, que solía contar leyendas pasadas.

"¡Tula! ¿Sabés algo sobre el Pájaro Trueno?" - preguntó Lúmini con entusiasmo.

"Ah, sí, querido duende. El Pájaro Trueno vive en la cumbre de la montaña más alta, pero solo sale cuando necesita ayudar a la tierra. Ten cuidado, porque el camino es peligroso y está lleno de trampas" - respondió Tula con su voz pausada.

Después de despedirse, Lúmini y Brillo se adentraron en la selva, donde los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo. Por el camino, se encontraron con una ardilla inquieta que estaba buscando su cola perdida.

"¿Te gustaría ayudarnos en nuestra búsqueda del Pájaro Trueno?" - preguntó Brillo.

"Sí, claro. Soy muy buena trepadora y podría encontrarlo más rápido desde las ramas. Pero primero debo encontrar mi cola." - respondió la ardilla.

Tras buscar y buscar, finalmente, encontraron la cola en una rama alta. La ardilla, agradecida, se unió al equipo. Ahora, los tres amigos continuaron su camino, llenos de entusiasmo.

Mientras ascendían la montaña, enfrentaron tormentas y resbalones en el barro, pero nunca dejaron que eso los desanimara.

"Recuerden, siempre debemos ayudar a los demás y nunca rendirnos" - dijo Lúmini con determinación.

Finalmente, después de un largo viaje, llegaron a la cima de la montaña, donde el aire era diferente y el cielo brillaba con un azul profundo. Allí encontraron un nido vacío.

"¿Qué haremos ahora?" - preguntó la ardilla, un poco desilusionada.

De repente, un fuerte trueno resonó por los cielos y un hermoso ave colorida apareció. Era el Pájaro Trueno, con plumas brillantes que centelleaban como rayos.

"¿Quiénes son los valientes que han llegado hasta aquí?" - preguntó el Pájaro, con una voz profunda pero amable.

"¡Estamos buscando tu ayuda, querido Pájaro! Queremos que la lluvia regrese para que nuestras plantas crezcan!" - contestó Lúmini.

El Pájaro Trueno echó una mirada a los tres amigos y sonrió.

"Valientes y compasivos, han demostrado que están dispuestos a ayudar a los demás. Por eso, merecen un regalo especial."

El Pájaro comenzó a batir sus alas, haciendo llover del cielo gotas de luz.

"Esta lluvia les ayudará a cuidar su bosque y hacer crecer todas las plantas que aman. Pero recuerden, siempre que necesiten ayuda, busquen juntos y nunca bajen los brazos. La verdadera fuerza está en la amistad y el trabajo en equipo."

Lúmini, Brillo y la ardilla se miraron entre sí, felices de haber encontrado al Pájaro Trueno y haber aprendido una valiosa lección. Regresaron a su hogar con el corazón lleno de alegría, listos para cuidar de su bosque y compartir lo que habían aprendido con todos sus amigos. La amistad puede atravesar tormentas y alcanzar las alturas más insospechadas, y siempre es más fuerte si se trabaja en equipo.

Y así, las noches en el bosque lleno de vida, resonaban con el canto del Pájaro Trueno agradecido, que volaba libre y feliz, creando lluvia de esperanza para todos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!