El vuelo en la nube



Había una vez un pequeño charco en medio de un hermoso bosque llamado Charly. Charly siempre soñaba con aventurarse más allá del bosque y explorar el mundo exterior.

Un día, mientras caía una suave lluvia, Charly decidió que era hora de emprender su viaje. "-¡Amigos! ¡Amigos! -exclamó Charly emocionado-. Ha llegado el momento de nuestro gran viaje". Las gotas de agua que formaban parte del charco se miraron entre sí con curiosidad y entusiasmo.

Estaban ansiosas por descubrir qué había más allá del bosque. Conforme la lluvia cesaba, las gotas empezaron a evaporarse y elevarse hacia el cielo. Una vez en las alturas, se encontraron rodeadas por nubes blancas y esponjosas.

"-¡Qué maravilla! -dijo Charly mientras flotaba en el aire-. Nunca imaginé que sería tan divertido volar". La nube más grande, llamada Nubito, les dio la bienvenida y les explicó cómo funcionaba todo.

"-Queridas gotitas de agua -dijo Nubito con voz amable-, ahora formaremos parte de esta nube y juntos recorreremos los cielos". Charly estaba emocionado por esta nueva experiencia, pero también tenía miedo de perderse en medio del vasto cielo azul.

Una pequeña gota llamada Gotaleta notó la preocupación en el rostro de Charly y le dijo:"-No te preocupes, amigo Charly. Como parte de esta nube estaremos siempre juntos. Además, hay muchas cosas hermosas por descubrir".

Y así, la nube Nubito y sus gotitas de agua comenzaron su viaje por el cielo. Pasaron sobre montañas majestuosas, ríos cristalinos y campos verdes llenos de flores. Un día, mientras pasaban sobre un desierto cálido y seco, Charly empezó a sentirse débil. "-No puedo seguir -dijo Charly con voz temblorosa-.

Me estoy evaporando demasiado rápido". Sus amigas gotitas se preocuparon al verlo tan agotado. Decidieron detenerse en una pequeña laguna para que Charly pudiera recuperarse.

Allí conocieron a una gota llamada Ondita, quien vivía en la laguna y siempre había soñado con volar. "-¡Qué alegría! -exclamó Ondita al ver a las nuevas amigas-. Estoy tan feliz de conocerlas". Charly le contó su problema a Ondita, quien sugirió llevarlo consigo en su regreso a la nube.

"-Será maravilloso tener un nuevo amigo volador", dijo Ondita emocionada. Así fue como Charly encontró una solución para seguir formando parte del viaje de las gotitas de agua. Juntos continuaron explorando el mundo desde lo alto, compartiendo risas y aventuras.

Pasaron por tormentas intensas donde aprendieron a ser fuertes y valientes. También disfrutaron del arco iris que aparecía después de cada lluvia, llenándolos de colores brillantes y esperanza. Finalmente, llegó el momento en que todas las gotitas decidieron regresar a la tierra.

Cayeron como pequeñas lluvias sobre campos y jardines, regando plantas y alimentando ríos. Charly se despidió de sus amigas con tristeza pero también con gratitud.

Había vivido una gran aventura y había aprendido que, aunque las cosas cambien, siempre hay nuevas oportunidades para crecer y ser feliz. Y así, Charly se convirtió en un charco nuevamente, pero esta vez estaba lleno de historias emocionantes para contar a todos los que lo rodeaban.

Y cada vez que llovía, recordaba su increíble viaje por el cielo junto a sus valientes amigas gotitas de agua.

FIN.

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