El Vuelo Encantado de Lili la Mariposa y Cobi el Colibrí



En un hermoso jardín lleno de flores de mil colores, vivían Lili, una mariposa de alas brillantes, y Cobi, un colibrí pequeño y veloz. Lili tenía un sueño: volar alto, tocar las nubes y ver el mundo desde las alturas. Cobi, por su parte, adoraba jugar y hacer acrobacias en el aire, desafiando la gravedad y mostrando su destreza a todos los que lo observaban.

Una tarde, mientras retozaban en un arreglo de jazmines, Lili se acercó a Cobi con una mirada llena de esperanza.

"Cobi, ¿podrías ayudarme a volar más alto?" - preguntó Lili con voz temblorosa.

"¿Volver a volar alto? Pero si ya volás tan bonito, Lili. Tu baile entre las flores es un espectáculo" - contestó Cobi, revoloteando alrededor de ella.

"Sí, pero quiero ver el mundo entero. ¡Quiero tocar las nubes!" - exclamó Lili emocionada.

Cobi, queriendo ayudar a su amiga, tuvo una idea brillante.

"¿Y si hacemos una competencia? ¡El que llegue más alto, ganará!" - propuso el colibrí.

"¡Eso suena divertido!" - aceptó Lili sin dudar.

Ambos se prepararon para su gran desafío. Cobi se pasó la mañana practicando sus acrobacias, mientras que Lili se concentraba en mover sus alas de forma más rápida. Fue una mañana llena de risas y juegos.

Finalmente, llegó el momento de la competencia. Los dos amigos se alinearon al borde de una gran flor de girasol, listos para despegar.

"A la cuenta de tres, volamos lo más alto que podamos" - dijo Cobi.

"¡Uno... dos... tres!" - gritó Lili y ambos se lanzaron al aire.

Cobi comenzó a zigzaguear, dando vueltas y giros impresionantes, mientras que Lili intentó seguirlo, pero sus alas no eran tan rápidas. Vio cómo su amigo se elevaba cada vez más, perdiéndose en el cielo azul. Lili comenzó a desanimarse.

"Quizás no esté hecha para volar tan alto como él..." - murmuró.

Pero justo cuando estaba a punto de rendirse, vio un grupo de nubes que la sonreían. Se llenó de valor y decidió intentarlo una vez más. Cerró los ojos y se concentró en todo lo que había aprendido de Cobi. Con cada batir de sus alas, se sintió más fuerte y ágil. ¡Ya no tenía miedo!

Mientras tanto, Cobi, al darse cuenta de que Lili se había quedado atrás, decidió dar la vuelta.

"¡Lili! ¡No te rindas!" - gritó Cobi volando hacia ella.

El colibrí se acercó y le dijo:

"Usá tus alas como estilo, no como carrera. Volá a tu ritmo y disfrutarás el vuelo."

Siguiendo el consejo de su amigo, Lili comenzó a jugar en el aire, moviendo sus alas como si estuviera danzando. Así, poco a poco, comenzó a elevarse. Las nubes se acercaron curiosas, y ella se sintió más y más segura.

Así, en lugar de competir, decidieron volar juntos, haciendo piruetas y juegos, hasta que alcanzaron el borde de las nubes. Desde allí, miraron el jardín que se extendía a sus pies y los miles de colores que nunca habían visto tan juntos.

"¡Mirá todo lo que hay!" - exclamó Lili, con los ojos brillando.

"¡Es increíble!" - sonrió Cobi, observando todos los árboles, flores y el gran río que serpenteaba lejos.

Desde ese día, Lili y Cobi aprendieron que no se trataba de quién podía volar más alto, sino de disfrutar del viaje juntos y compartir sus sueños. Jugar y explorar el jardín en el aire se convirtió en su actividad favorita. Volaron, danzaron y jugaron, siempre apoyándose el uno al otro.

El jardín se convirtió en un lugar encantado, donde los amigos podían explorar lo que les rodeaba y vivir aventuras todos los días, recordando siempre que lo más importante es disfrutar del vuelo y de la compañía de quienes queremos.

FIN.

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