El vuelo estelar de Rubí
Había una vez un hermoso pájaro rojo llamado Rubí, que vivía en un frondoso bosque junto a su familia. Todos los días, Rubí y sus hermanos volaban por los árboles, jugaban y exploraban el bosque juntos.
Pero una noche, mientras jugaban cerca de un río brillante, Rubí se distrajo persiguiendo una mariposa y se separó del grupo. Cuando Rubí se dio cuenta de que estaba solo, comenzó a sentir miedo y tristeza.
No sabía cómo regresar al nido ni tampoco cómo encontrar a su familia. El cielo oscuro y las sombras de los árboles lo asustaron más aún. Rubí decidió buscar ayuda y voló hacia la casa más cercana que encontró en el borde del bosque.
En esa casa vivían dos niños llamados Tomás y Valentina. Ellos estaban sorprendidos al ver a un pájaro rojo tocando la ventana con su pico.
- ¡Mira Valentina! Un pájaro rojo está tratando de comunicarse con nosotros - exclamó Tomás emocionado. Valentina abrió la ventana y con mucho cuidado dejaron entrar a Rubí. El pequeño pájaro les contó sobre su situación, explicándoles que estaba perdido y no podía encontrar a su familia.
Tomás y Valentina sintieron compasión por el pajarito solitario y decidieron ayudarlo. Juntos buscaron información sobre aves migratorias en internet para entender mejor cómo podría haberse perdido Rubí. Descubrieron que algunos pájaros utilizan las estrellas para orientarse durante sus vuelos nocturnos.
Entonces, Tomás y Valentina idearon un plan para ayudar a Rubí. En la noche siguiente, llevaron a Rubí al jardín y con una linterna apuntaron hacia el cielo.
Siguiendo las instrucciones que habían leído, mostraron a Rubí cómo las estrellas formaban constelaciones y cómo podían guiarlo de vuelta al bosque. Rubí estaba emocionado. Agradeció a Tomás y Valentina por su ayuda y se preparó para volar de regreso al bosque.
Pero antes de partir, les dejó un mensaje especial:- Gracias por enseñarme sobre las estrellas y ayudarme a encontrar mi camino de regreso a casa. Nunca olvidaré su amabilidad.
Tomás y Valentina se despidieron del pájaro rojo con alegría en sus corazones, sabiendo que habían hecho algo maravilloso al ayudarlo. Con su nuevo conocimiento sobre las estrellas, Rubí voló confiado hacia el cielo nocturno.
Siguiendo las constelaciones que había aprendido junto a sus nuevos amigos, encontró el camino de regreso al bosque donde su familia lo esperaba ansiosa. Cuando llegó al nido, todos los pajaritos celebraron su regreso con alegría. Rubí compartió la historia de cómo dos niños amables lo ayudaron a volver casa utilizando las estrellas como guía.
Desde ese día en adelante, Rubí siempre recordaría la importancia de la bondad y la amistad.
Y cada vez que veía brillar las estrellas en el cielo nocturno, sonreía recordando la valiosa lección que había aprendido gracias a Tomás y Valentina: nunca hay que perder la esperanza, porque siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos.
FIN.