El vuelo estelar de Sofía


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. A Sofía le encantaba observar las estrellas y siempre soñaba con volar entre ellas.

Una noche, mientras todos dormían, Sofía se despertó de repente. Un brillo especial entraba por la ventana de su habitación y ella supo que era el momento perfecto para cumplir su sueño: ver las estrellas de cerca.

Sin hacer ruido, Sofía se levantó de la cama y se puso sus zapatillas favoritas. Con mucho cuidado abrió la puerta y salió a escondidas hacia el jardín trasero. Allí, bajo un cielo lleno de estrellas brillantes, estaba su amigo Lucas, el gato del vecino.

"¡Hola Lucas! ¿Tú también viniste a ver las estrellas?"- preguntó emocionada Sofía. Lucas maulló felizmente como si entendiera lo que ella decía. Juntos caminaron por el jardín hasta llegar al campo detrás de su casa.

Allí encontraron un lugar cómodo para sentarse y disfrutar del espectáculo celeste. Sofía miraba fascinada cómo las estrellas brillaban en diferentes colores y tamaños.

Estaba tan concentrada en ellas que no notó cuando algo extraño comenzó a ocurrir: ¡las estrellas empezaron a moverse!"¡Lucas! ¡Mira eso!"- exclamó sorprendida Sofía. Las estrellas formaban figuras mágicas en el cielo nocturno: había animales como elefantes y jirafas, castillos gigantes e incluso naves espaciales. Sofía y Lucas se quedaron boquiabiertos ante aquel espectáculo tan asombroso.

De repente, una de las estrellas más grandes se separó del cielo y comenzó a bajar hacia ellos. Era una estrella especial, que podía conceder deseos a quienes creyeran en ella. "¡Hola! Soy Estrellita, la estrella mágica.

He visto cómo disfrutan de mi espectáculo y quiero cumplirles un deseo"- dijo la estrella con una voz brillante.

Sofía no podía creer lo que estaba pasando, pero decidió pedir su deseo sin dudarlo:"Quiero volar entre las estrellas como si fuera un hada mágica". Estrellita sonrió y movió su varita mágica. En ese instante, Sofía sintió cómo sus pies dejaban de tocar el suelo y comenzaba a elevarse por los aires.

¡Estaba volando! Sofía rebotó de alegría sobre las nubes mientras Lucas maullaba emocionado desde abajo. Juntos recorrieron el universo entero, saludando a todas las constelaciones y descubriendo secretos cósmicos. Después de un rato, Estrellita hizo señas para que regresaran al campo.

Allí los esperaba un regalo especial: dos pequeñas alas doradas para Sofía y Lucas. "Ahora podrán volar siempre que quieran"- dijo Estrellita con una sonrisa radiante. Desde aquel día, Sofía y Lucas se convirtieron en los guardianes del cielo nocturno.

Cada noche salían juntos a observar las estrellas e iluminar el mundo con su magia.

Y así, gracias a su valentía y amor por las estrellas, Sofía pudo cumplir su sueño de volar entre ellas y descubrir que el universo es un lugar lleno de maravillas esperando ser exploradas.

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