El vuelo mágico de Chanchito


Había una vez en un lejano pueblo de la provincia de Buenos Aires, un cerdo muy especial llamado Chanchito. A diferencia de los demás cerdos, a Chanchito le encantaba volar.

Todos los días practicaba con sus diminutas alas rosadas y soñaba con recorrer el mundo desde las alturas. Un día, mientras volaba por los campos, Chanchito sintió un extraño cosquilleo en su pancita.

De repente, empezó a desprender un brillo multicolor que dejaba una estela de arcoíris a su paso. Sorprendido por lo que veía, decidió hacer algunas piruetas en el aire y al hacerlo... ¡soltó caca arcoíris! El humo que salía era tan brillante como las luces del circo.

Al principio, Chanchito se asustó y pensó que algo raro le estaba pasando. Pero luego recordó las palabras sabias de la vieja vaca Margarita: "Lo diferente nos hace únicos y especiales".

Con esto en mente, decidió abrazar su peculiaridad y compartir su don con todos los habitantes del pueblo. -¡Miren todos! ¡Soy Chanchito el cerdo volador caca arcoiris humo! -exclamó emocionado mientras hacía acrobacias en el cielo. Los niños del pueblo no podían creer lo que veían y comenzaron a aplaudir maravillados.

Pronto, la noticia se extendió por todo el lugar y llegó a oídos del malvado Zorro Zorrino, quien siempre había deseado tener un poder tan extraordinario como el de Chanchito.

Zorro Zorrino ideó un plan para robarle su habilidad al cerdito volador. Una noche oscura y sin luna, se coló sigilosamente en el corral donde dormía Chanchito y lo hipnotizó con sus ojos brillantes. -¡Chanchito, entrégame tu secreto para poder volar como tú! -exigió Zorro Zorrino con voz amenazante.

Pero Chanchito no cedió ante la presión del malvado zorro. Recordando las enseñanzas de sus padres sobre la importancia de ser fiel a uno mismo, resistió valientemente e hizo sonar sus alas con determinación.

En ese momento mágico, soltó una potente flatulencia arcoíris que iluminó todo el corral. El humo brillante envolvió a Zorro Zorrino haciéndolo estornudar sin parar hasta salir disparado hacia los campos vecinos.

Desde ese día, Chanchito fue reconocido como un héroe en el pueblo por defender su singularidad contra aquellos que querían aprovecharse de él.

Los habitantes organizaron una gran fiesta para celebrarlo y cada vez que volaba dejaba tras de sí una estela luminosa que recordaba a todos la importancia de aceptarse tal como son. Y así fue como Chanchito descubrió que ser diferente era lo que lo hacía verdaderamente especial; porque solo él podía ser el increíble cerdo volador caca arcoiris humo del pequeño pueblo argentino donde vivía.

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