El vuelo y el deslizamiento



Había una vez en un vasto y colorido bosque, un águila llamada Atila que volaba alto en el cielo. Era conocida por su valentía y su hermoso plumaje dorado. Un día, mientras Atila surcaba los aires, divisó a una serpiente de colores brillantes retorciéndose entre las hojas.

La serpiente se llamaba Suri y era muy tímida, siempre se escondía entre la hierba, pero esta vez no pudo evitar que Atila la viera. La águila, intrigada, decidió descender un poco para mirar más de cerca. Sin embargo, al ver su sombra proyectada sobre Suri, la serpiente se asustó.

"¡Ay! ¿Qué es eso?" - exclamó Suri, mientras se deslizaba rápidamente entre las ramas.

"¡Espera! No te voy a hacer daño!" - gritó Atila, intentando calmarla, pero Suri seguía huyendo decidida por su vida.

Después de unos minutos de carrera desenfrenada, Suri se detuvo, su corazón latiendo fuertemente. Se dio cuenta de que no estaba en peligro. Se giró, y viendo a Atila posada en una rama, se armó de valor.

"¿Quisieras ser mi amiga?" - preguntó Suri con una voz temblorosa.

"¿Amiga?" - replicó Atila sorprendida. "Nunca pensé en tener una amiga como tú. Pero, ¿por qué no?"

Así fue como nació una inusual amistad. Atila y Suri comenzaron a pasar tiempo juntas. Atila le enseñó a Suri cómo ser valiente, a sobreponerse a sus miedos y a ver el mundo desde las alturas. Por su parte, Suri le mostró a Atila el mundo subsuelo, lleno de maravillas que la águila nunca había visto, como las flores de colores escondidas y los caminos de tierra que las criaturas del bosque recorrían.

Un día, mientras exploraban nuevas áreas del bosque, encontraron un valle precioso repleto de frutas y flores. En el centro del valle, había un árbol gigante, pero lo que más sorprendió a Suri fue descubrir que bajo el árbol había un grupo de animales que estaban preocupados.

"¿Qué pasa?" - preguntó Atila volando hacia abajo mientras Suri se deslizaba cautelosamente.

"El agua del arroyo se ha secado. Sin agua, no podemos vivir. Necesitamos ayuda" - dijo un pequeño conejo.

"No se preocupen, podemos solucionarlo juntos" - afirmó Atila.

"Pero, ¿cómo?" - preguntó Suri, dudosa de sus capacidades.

"Dejame pensarlo..." - dijo Atila mientras miraba alrededor. "Suri, tus habilidades para deslizarte por el suelo serán muy útiles. Tal vez puedas ayudar a buscar el arroyo. Yo te guiaré desde el aire".

Suri sintió que el calor de la amistad la impulsaba. Sin pensarlo, empezó a deslizase rápidamente por el bosque, siguiendo las indicaciones de Atila, que volaba alto coordinando sus movimientos.

"Más a la derecha, Suri!" - gritaba Atila, mientras intentaba ver por dónde fluyó el arroyo. Después de un rato, Suri se detuvo.

"¡Lo encontré!" - llamó emocionada, mientras apuntaba con su cabeza hacia un pequeño túnel cubierto de piedras.

"¡Excelente! Ahora, tenemos que despejar el desagüe para que el agua vuelva a fluir" - dijo Atila mientras descendía para ayudar a su amiga.

Entre las dos, con la ayuda de los animales del valle, lograron despejar el túnel. De pronto, el sonido del agua fluyendo llegó a sus oídos y una corriente de agua fresca comenzó a brotar, llenando el arroyito.

"¡Lo logramos!" - exclamó Suri llena de alegría.

"Sí, lo hicimos juntas" - sonrió Atila. Los animales del valle estallaron en aplausos y saltos de alegría.

Desde ese día, Atila y Suri se convirtieron en heroínas del bosque. Habían aprendido que la amistad es un gran apoyo y que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío.

Y así continuó la historia de Atila y Suri, un águila que nunca había tenido una amiga como Suri, la serpiente, y que descubrieron que las diferencias no importan cuando se trata de amistad y trabajo en equipo. Juntas, desafiaron sus miedos, aprendieron, rieron y, sobre todo, se apoyaron en todo momento.

Siempre recordaron lo importante que es confiar, explorar y aprender unos de otros. Cada vez que Atila volaba alto, nunca olvidaba que su mayor tesoro era su amiga Suri, que se deslizaba por la tierra, haciendo que el mundo alrededor de ambas fuera aun más bonito.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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