El Yoga que Transforma



Había una vez una niña llamada Mina. Mina era muy inquieta y siempre le costaba concentrarse en las cosas. Tenía TDAH, lo cual hacía que a veces se sintiera frustrada y diferente de los demás niños.

Un día, mientras buscaba algo nuevo para hacer, Mina encontró un libro sobre yoga en la biblioteca de su escuela. Se dio cuenta de que el yoga consistía en hacer diferentes posturas con el cuerpo y respirar profundamente.

Pensó que si aprendía a hacer yoga, tal vez podría encontrar la calma y la paz interior que tanto necesitaba. Mina decidió probarlo por sí misma, así que se puso ropa cómoda y se estiró en su habitación.

Mirando las ilustraciones del libro, comenzó a imitar las posturas del yoga. Al principio le resultó un poco difícil mantener el equilibrio y concentrarse en su respiración, pero poco a poco fue mejorando.

Mientras practicaba yoga todos los días, Mina notó cambios increíbles dentro de ella. Empezó a sentirse más tranquila y relajada después de cada sesión. Su mente se despejaba y podía concentrarse mejor en sus tareas escolares.

Un día, cuando estaba haciendo una postura complicada llamada "el árbol", Mina perdió el equilibrio y cayó al suelo. Estuvo a punto de rendirse porque pensó que no era lo suficientemente buena en eso del yoga.

Pero entonces recordó algo importante: ¡la perseverancia!"No puedo rendirme tan fácilmente", dijo Mina para sí misma-. "Si quiero mejorar en el yoga (y también en otras cosas), tengo que seguir intentándolo". Mina se levantó y volvió a intentar la postura del árbol.

Esta vez, se concentró más en su respiración y en mantener el equilibrio. ¡Y lo logró! Mina se sintió tan orgullosa de sí misma que no podía dejar de sonreír. A medida que pasaban los días, Mina comenzó a enseñarle yoga a sus amigos.

Les mostraba las diferentes posturas y les explicaba cómo respirar correctamente. Sus amigos también descubrieron los beneficios del yoga: ayudaba a relajarse, mejorar la flexibilidad y fortalecer el cuerpo.

Un día, la maestra de Mina le pidió que compartiera su experiencia con toda la clase. Mina habló sobre cómo el yoga había cambiado su vida para mejor y cómo había aprendido a aceptarse tal como era. "El yoga me ha enseñado que todos somos diferentes", dijo Mina-.

"Y eso está bien. El secreto está en encontrar lo que nos ayuda a ser mejores versiones de nosotros mismos". Todos los niños estaban fascinados por las palabras de Mina e incluso algunos padres decidieron probar el yoga también.

Desde ese día, Mina siguió practicando yoga todos los días. Aunque todavía tenía momentos en los que se sentía inquieta o distraída, sabía que podía encontrar paz interior gracias al poder del yoga.

Y así fue como una niña llamada Mina, con TDAH, descubrió el maravilloso mundo del yoga y encontró un camino hacia una vida más equilibrada y feliz.

FIN.

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