El Zapato de Cristal
Había una vez una chica llamada Cenicienta que vivía con sus dos hermanastras, Margarita y Rosalinda. Cenicienta era una joven amable y trabajadora, pero a menudo se sentía triste por la forma en que sus hermanastras la trataban.
Un día, el rey anunció que se celebraría un gran baile en el palacio real. Todas las chicas del reino estaban invitadas, incluidas Margarita y Rosalinda.
Cenicienta también soñaba con ir al baile, pero sus hermanastras no le permitían hacerlo. "Cenicienta, tú no puedes venir al baile. Eres solo nuestra sirvienta", decía Margarita con malicia. Cenicienta bajaba la cabeza y continuaba con sus tareas diarias sin decir nada.
Sin embargo, su hada madrina había estado observando todo desde su escondite mágico. Una noche antes del baile, el hada madrina apareció ante Cenicienta y le dijo:"Querida Cenicienta, sé lo mucho que deseas ir al baile.
Te daré un vestido maravilloso y te convertiré en la chica más bella de todas". Cenicienta se emocionó mucho y agradeció a su hada madrina por su generosidad.
El hada madrina agitó su varita mágica y en un abrir y cerrar de ojos, transformó el viejo vestido de Cenicienta en uno deslumbrante. "Ahora tienes hasta medianoche para disfrutar del baile", dijo el hada madrina mientras enviaba a Cenicienta hacia el palacio. Cenicienta llegó al baile y rápidamente llamó la atención de todos con su belleza.
El príncipe, que estaba buscando una compañera para toda la vida, se sintió atraído por Cenicienta al instante. Durante toda la noche, Cenicienta bailó y rió junto al príncipe.
Pero cuando el reloj marcó las doce en punto, ella recordó que debía irse antes de que el hechizo del hada madrina se desvaneciera. Sin perder tiempo, Cenicienta corrió hacia la salida del palacio. En su apuro, perdió uno de sus zapatos de cristal en las escaleras.
El príncipe lo encontró y decidió buscar a la dueña del zapato para casarse con ella. Al día siguiente, el príncipe visitó todas las casas del reino para encontrar a la chica cuyo pie calzara perfectamente en el zapato perdido.
Cuando llegaron a casa de Cenicienta, Margarita y Rosalinda intentaron probarse el zapato sin éxito. "Permítanme intentarlo", dijo Cenicienta tímidamente mientras miraba emocionada desde un rincón.
El príncipe colocó delicadamente el zapato en el pie de Cenicienta y ¡calzaba perfectamente! Todos quedaron asombrados y felices por ella. El príncipe se enamoró aún más de Cenicienta y le pidió que se casara con él. Ella aceptó felizmente y juntos vivieron felices para siempre en el palacio real.
La historia de Cenicienta nos enseña que no importa cuán difícil sea nuestra situación, siempre debemos mantener la esperanza y ser amables con los demás. Además, nos muestra que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo y llevarnos a una vida llena de felicidad.
FIN.