El Zombie Pelotudo y la Gran Obra Maestra


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Pelotaville, un zombie un poco diferente a los demás.

Este zombie, llamado Pele, tenía una extraña particularidad: su rostro era redondo y abultado, ¡parecía una verdadera pelota! Aunque al principio Pele se sentía un poco avergonzado de su aspecto, con el tiempo descubrió que su singularidad podía llevarlo a vivir aventuras emocionantes.

Un día, mientras vagaba por las calles de Pelotaville, Pele se cruzó con un grupo de niños que estaban construyendo una pequeña casa de bloques. Pele se acercó con curiosidad y les preguntó qué estaban haciendo. -¡Estamos construyendo casas! -respondió entusiasmado uno de los niños.

Pele quedó maravillado con la idea de construir casas y edificios, y decidió que quería aprender todo sobre arquitectura. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que muchos habitantes del pueblo se burlaban de él por su peculiar apariencia. A pesar de eso, Pele no se rindió.

Con determinación, se acercó al arquitecto más renombrado de Pelotaville, el Señor Rectángulo, y le expresó su deseo de estudiar arquitectura. Al principio, el Señor Rectángulo se sorprendió al ver a Pele, pero luego admiró su valentía y le ofreció la oportunidad de convertirse en su aprendiz.

Pele se sumergió de lleno en el estudio de la arquitectura, aprendiendo sobre planos, estructuras y diseños. En poco tiempo, Pele demostró ser un estudiante excepcional.

Un día, el Señor Rectángulo le propuso a Pele un desafío: diseñar y construir una casa única que representara la diversidad y la inclusión. Pele aceptó emocionado y se puso manos a la obra. Con ingenio y creatividad, Pele ideó una casa con formas y colores diversos, que reflejaba la belleza de la diferencia.

Para sorpresa de todos, la casa de Pele se convirtió en la atracción principal de Pelotaville, y las personas comenzaron a apreciar la valiosa contribución de Pele a la comunidad.

Finalmente, Pele se convirtió en un arquitecto famoso, rompiendo estereotipos y demostrando que la verdadera belleza se encuentra en la diversidad. Su historia inspiró a muchos a seguir sus sueños sin importar las adversidades.

Y así, el pueblo de Pelotaville vivió feliz para siempre, celebrando la importancia de aceptar a los demás tal como son. ¡Fin!

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