El Zoológico de Amistad en Villa Flores
Había una vez en el pequeño pueblo de Villa Flores, un niño llamado Juan María. A Juan María le encantaban los animales y siempre soñaba con visitar el zoológico de la ciudad vecina.
Pero desafortunadamente, su familia no tenía los recursos para llevarlo allí. Un día, mientras jugaba en su casita de madera en el jardín trasero, Juan María tuvo una brillante idea. Decidió construir su propio zoológico con los animales que encontrara cerca de su casa.
Con mucho entusiasmo, comenzó a buscar por todos lados. Después de un rato buscando, Juan María se encontró con un camello que pastaba tranquilamente en un campo cercano. El camello estaba cansado y tenía sed.
Juan María corrió a buscar agua para él y cuando regresó, vio al camello bebiendo felizmente. - ¡Hola amigo camello! ¿Te gustaría venir a vivir a mi zoológico? - preguntó emocionado Juan María.
El camello asintió con la cabeza y juntos se dirigieron hacia la casita del niño. Mientras tanto, una hermosa mariposa revoloteaba cerca del jardín de Juan María. La mariposa había perdido su camino y estaba agotada volando sin rumbo fijo.
Cuando vio al niño y al camello acercarse, decidió seguirlos curiosa. Al llegar a la casita del zoológico improvisado, la mariposa se posó delicadamente sobre una flor cercana. - ¡Hola amiga mariposa! ¿Te gustaría ser parte de mi zoológico también? - preguntó ilusionado Juan María.
La mariposa aleteó sus alas en señal de asentimiento y se unió al grupo. Más tarde, mientras exploraban el bosque cercano, Juan María y los animales se encontraron con un caballo solitario. El caballo parecía triste y cansado.
Sin pensarlo dos veces, Juan María decidió ayudarlo. - ¡Hola amigo caballo! ¿Te gustaría ser parte de mi zoológico? Aquí podrás tener amigos y siempre serás feliz - dijo Juan María con dulzura.
El caballo relinchó emocionado y siguió a Juan María hasta la casita del zoológico. Pero faltaba algo para que el zoológico estuviera completo. Mientras paseaban por el pueblo, escucharon un sonido peculiar proveniente de una casa cercana.
Era un hermoso pavo real que estaba atrapado en una jaula pequeña. - ¡Ayuda! ¡Ayuda! - gritaba el pavo real desesperado. Juan María corrió hacia él y rápidamente abrió la puerta de la jaula. El pavo real salió volando con gratitud hacia el cielo abierto.
- ¡Gracias por liberarme! Estuve encerrado durante mucho tiempo - dijo el pavo real emocionado-. Me encantaría formar parte de tu zoológico, donde pueda vivir libremente junto a mis nuevos amigos.
Así fue como Juan María logró construir su propio zoológico lleno de amor y amistad. Los animales vivían felices juntos, compartiendo historias y aventuras todos los días.
Y aunque no era tan grande como el zoológico de la ciudad vecina, para Juan María y sus nuevos amigos era el lugar más especial del mundo. Desde aquel día, la casita de Juan María se convirtió en un hermoso refugio donde los animales encontraban amor y cuidado.
Y cada vez que alguien visitaba el zoológico improvisado, salía con una sonrisa en el rostro y un corazón lleno de esperanza. Y así, Villa Flores se convirtió en un lugar mágico donde los sueños se hacían realidad y las amistades duraban para siempre.
FIN.