El Zoológico de la Libertad



En el zoológico del Bosque Encantado, todos los animales solían disfrutar de la libertad para trabajar a su propio ritmo. El elefante Eustaquio arreglaba su zona con delicadeza, las jirafas coordinaban sus actividades con gracia, y los monos se entretenían con astucia. Todo marchaba de maravilla, hasta que un nuevo gerente general, el león Fernando, llegó con la idea de contratar supervisores para controlar estrictamente las labores de los animales.

Al principio, los supervisores impusieron un horario estricto, controlaron cada tarea y limitaron el tiempo de descanso de los animales. Esto generó gran descontento en el zoológico. Eustaquio, las jirafas, los monos y los demás habitantes se sentían atrapados y desanimados.

Un día, Eustaquio reunió a los demás animales y les dijo:"Amigos, ya no aguanto más esta situación. Extraño la libertad de trabajar a mi ritmo." Las jirafas asintieron con tristeza, y los monos tararearon en señal de apoyo.

Fue entonces que decidieron actuar. Los animales idearon un plan para recuperar su libertad. Durante la noche, mientras los supervisores dormían, trabajaron en equipo para deshacerse de las restricciones impuestas.

Al amanecer, cuando los supervisores se dieron cuenta de lo sucedido, el león Fernando los reprendió duramente. Pero para su sorpresa, Eustaquio dio un paso al frente y dijo:"Señor Fernando, entendemos la importancia de la organización, pero también necesitamos libertad para realizar nuestras tareas de la mejor manera. Con responsabilidad, podemos lograrlo sin necesidad de tanta supervisión." Las jirafas, los monos y los demás animales asintieron con determinación.

Impresionado por la valentía y el espíritu de trabajo en equipo de los animales, el león Fernando reflexionó sobre sus decisiones. Finalmente, decidió darles una oportunidad y permitirles trabajar con libertad, confiando en su responsabilidad.

Con el tiempo, el zoológico del Bosque Encantado volvió a brillar. Los animales, recuperada su libertad, demostraron que podían realizar sus tareas con eficiencia y dedicación, sin necesidad de ser controlados todo el tiempo. El león Fernando, agradecido, aprendió una valiosa lección sobre el respeto a la autonomía y la confianza en el trabajo en equipo.

FIN.

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