El Zorrito Solidario


Había una vez un señor solitario llamado Tristeza, que vivía en una pequeña casa al borde de un hermoso bosque.

Tristeza era una persona de 50 años y pasaba la mayoría de sus noches acompañado únicamente por su copa de vino. A pesar de tener todo lo que necesitaba para ser feliz, Tristeza se sentía vacío por dentro. No tenía amigos ni familia cerca, y su corazón anhelaba encontrar compañía y alegría en su vida.

Pero parecía que el destino siempre le jugaba en contra. Una noche oscura y estrellada, mientras Tristeza degustaba su copa de vino frente a la chimenea, escuchó un ruido proveniente del exterior.

Con curiosidad, salió al jardín y descubrió a una pequeña criatura llorando en medio de la oscuridad. Era un zorrito huérfano que había perdido a su madre y se encontraba desamparado.

Sin pensarlo dos veces, Tristeza tomó al zorrito entre sus brazos y lo llevó adentro de su hogar. "No te preocupes pequeño amigo, aquí estarás seguro", dijo Tristeza con ternura mientras secaba las lágrimas del zorrito. Tristeza decidió llamarlo —"Noche"  debido a las circunstancias en las que se habían encontrado.

Juntos comenzaron una nueva etapa llena de aventuras y aprendizajes. Durante los días siguientes, Noche exploró cada rincón del bosque junto a Tristeza. Descubrieron hermosas flores silvestres, cascadas cristalinas e incluso una cueva llena de tesoros escondidos.

Poco a poco, Tristeza comenzó a darse cuenta de que su vida no era tan solitaria como antes. A través de Noche, encontró la felicidad en las pequeñas cosas y aprendió el valor de la amistad.

Una tarde, mientras caminaban por el bosque, se toparon con un grupo de animales que parecían tristes y desanimados. Tristeza decidió acercarse y preguntarles qué les pasaba. Resulta que estaban preocupados porque habían perdido sus hogares debido a un incendio en el bosque.

Tristeza sintió empatía por ellos y decidió ayudarlos a encontrar un nuevo lugar donde vivir. Utilizando su ingenio y experiencia, construyeron refugios temporales para cada uno de los animales afectados.

"¡Gracias Tristeza por tu bondad! Ahora tenemos un lugar seguro para vivir", dijeron los animales emocionados. Tristeza sonrió al ver la alegría en los ojos de aquellos animales que ahora tenían un hogar. Se dio cuenta de que había encontrado su propósito: ayudar a otros seres vivos.

A partir de ese momento, Tristeza dedicó su tiempo no solo a cuidar del zorrito Noche, sino también a ayudar a todos los animales del bosque.

Juntos trabajaron arduamente para reconstruir las casas dañadas por el incendio y plantaron árboles nuevos para restaurar la belleza natural del lugar. El bosque volvió a llenarse de vida y alegría gracias al amor y generosidad de Tristeza. Y así, el señor solitario encontró la verdadera felicidad en dar y compartir su vida con aquellos que lo necesitaban.

Y colorín colorado, esta historia de amistad y superación ha terminado.

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