El zorro astuto


En una granja en el campo, los animales vivían felices y en armonía. Había gallinas, vacas, caballos, cerdos y ovejas que se llevaban muy bien y se ayudaban mutuamente en todas las tareas.

Un día, la gallina Matilde tuvo una idea emocionante. - ¡Amigos! ¡Qué les parece si hacemos una fiesta esta noche para celebrar nuestra amistad y lo bien que trabajamos juntos! - exclamó Matilde con entusiasmo.

Los demás animales se miraron unos a otros con alegría y aceptaron la propuesta al instante. Así que todos comenzaron a prepararse para la gran fiesta.

La vaca Lola ofreció su granero como lugar de reunión, los caballos limpiaron el patio y decoraron con flores silvestres, los cerdos prepararon deliciosos bocadillos de barro y las ovejas trajeron su mejor lana para hacer mantas acogedoras. Llegó la noche y la luna brillaba en lo alto del cielo. Los animales estaban listos para disfrutar de la fiesta.

Bailaron al ritmo de la música que tocaba el gallo Manolo con su guitarra, rieron juntos y compartieron historias divertidas. Incluso el viejo perro guardián Rufus se unió a la celebración moviendo su cola con alegría.

De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Todos los animales se pusieron nerviosos y miraron hacia donde provenía el sonido misterioso. - ¿Qué será eso? - preguntó asustada Margarita, la oveja más joven del grupo.

- No lo sé, pero no parece algo bueno - respondió Matilde con preocupación. Sin embargo, antes de que pudieran hacer algo más, apareció ante ellos un zorro astuto llamado Renzo.

Los animales se pusieron alerta al ver al intruso acechando cerca de su fiesta. - Buenos amigos de la granja... Perdón por interrumpir su celebración... Solo quería decirles que admiro mucho su amistad y solidaridad...

Y me encantaría poder unirme a ustedes esta noche - dijo Renzo tratando de sonreír sinceramente. Los animales dudaban sobre si confiar en el zorro o no. Sabían que era conocido por ser astuto e intentar engañar a otros habitantes del campo. - No estamos seguros...

¿Cómo sabemos que no intentarás engañarnos? - cuestionó Pedro, el caballo más viejo y sabio de todos. Renzo suspiró profundamente y les explicó que había cambiado su forma de ser gracias a ver cómo trabajaban juntos los animales de la granja sin importar sus diferencias.

Les aseguró que solo quería ser parte de esa hermosa amistad que compartían. Después de pensarlo detenidamente entre ellos, los animales decidieron darle una oportunidad a Renzo.

Lo invitaron a unirse a la fiesta y descubrieron que el zorro también podía ser divertido e ingenioso cuando quería integrarse genuinamente al grupo sin intenciones maliciosas. La noche transcurrió llena de risas, bailes y nuevas anécdotas para recordar siempre.

Los animales comprendieron entonces que la verdadera amistad va más allá de las apariencias o prejuicios; se trata de estar dispuestos a abrir nuestros corazones incluso a aquellos que parecen diferentes o han cometido errores en el pasado.

Y así terminó aquella inolvidable fiesta en la granja donde todos aprendieron una valiosa lección: nunca subestimar el poder transformador del amor sincero y la solidaridad entre amigos diferentes pero unidos por un mismo objetivo: vivir en armonía bajo el mismo cielo estrellado del campo argentino.

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