El Zorro, el Lobo y el Zorzal
Había una vez, en un hermoso bosque, tres amigos muy especiales: un Zorro astuto llamado Zorrito, un Lobo fuerte y leal llamado Lobo, y un Zorzal cantador y alegre llamado Zorzalito. Todos los días jugaban juntos y disfrutaban de la belleza de su hogar. Un día, Zorrito tuvo una idea maravillosa.
-Zorrito: "¿Y si vamos a la ciudad a ver cómo viven los humanos?"
-Lobo: "No sé, Zorrito. ¿Y si nos perdemos?"
-Zorzalito: "¡Vamos! ¡Siempre es bueno conocer cosas nuevas!"
Decididos a vivir una aventura, los tres amigos partieron hacia la ciudad. Al cruzar el límite del bosque, se encontraron con un mundo lleno de luces y sonidos. Los vehículos pasaban a toda velocidad, y había tanta gente que los animales se sintieron un poco abrumados.
-Lobo: "¡Esto es muy diferente a nuestro bosque!"
-Zorrito: "Sí, pero hay tantas cosas por descubrir."
-Zorzalito: "¡Miren! Hay una plaza llena de niños jugando."
Excitados, se acercaron a la plaza donde vieron a una familia. Eran un papá, una mamá y sus dos pequeños, que estaban alimentando a las palomas. Zorzalito se posó en una rama y comenzó a cantar una hermosa melodía.
-Los niños: "¡Mirá, un Zorzal! ¡Qué lindo!"
El papá y la mamá también se acercaron y, al ver a Zorrito y Lobo, sonrieron sorprendidos pero amables.
-Papá: "¿Qué hacen aquí, pequeños animales?"
-Zorrito: "Vinimos a conocer la ciudad. ¿Podemos jugar con ustedes?"
Los niños, emocionados, dijeron que sí, y así comenzó una maravillosa amistad. Jugaron a la pelota, corrieron y rieron juntos. Pero de repente, uno de los niños se cayó y comenzó a llorar.
-Lobo: "¡Oh no! ¿Qué le pasó?"
-Mamá: "Se ha raspado la rodilla, no se preocupen. ¡Vamos a ayudarlo!"
Mientras la mamá ayudaba al niño, los animales se dieron cuenta de que incluso en la ciudad, la familia se cuidaba entre sí. Zorrito tuvo otra idea.
-Zorrito: "¿Y si hacemos una fiesta para compartir con ellos?"
-Zorzalito: "¡Eso sería genial!"
-Lobo: "Sí, podemos traer algo del bosque para compartir."
Los amigos planearon con mucho cuidado y, al día siguiente, prepararon una sorpresa. Zorrito trajo frutas frescas del bosque, Lobo recogió flores, y Zorzalito siguió animando el ambiente con su canto. Cuando la familia llegó, se quedaron asombrados.
-Papá: "¡Vaya! Esto es inesperado. ¡Qué rica fruta hay aquí!"
-Mamá: "Y estas flores son preciosas. ¡Gracias!"
Todos disfrutaron de la fiesta, pero al caer la noche, los tres amigos se vieron un poco preocupados. Sabían que pronto era hora de volver al bosque.
-Lobo: "No quiero irme. Aquí me siento tan feliz."
-Zorrito: "Yo también, pero mi hogar está allá. No podemos quedarnos."
-Zorzalito: "Siempre podemos venir a visitarlos. ¡Haremos buenos recuerdos juntos!"
Antes de despedirse, los niños y sus padres prometieron que siempre recordarían la aventura de sus nuevos amigos. Con lágrimas en los ojos, los tres amigos se despidieron.
-Mamá: "Siempre serán bienvenidos en nuestra casa. Vengan cuando quieran."
Así, Zorrito, Lobo y Zorzalito regresaron al bosque con corazones llenos de felicidad. Habían conocido un nuevo mundo y hecho amigos especiales.
Con el tiempo, visitaron a la familia en la ciudad, y cada vez que lo hacían, compartían historias y risas, recordando que la amistad no tiene límites, ni en el bosque ni en la ciudad. Al final, todos aprendieron que, sin importar dónde estemos, el amor y la amistad son lo más importante.
Y así, vivieron felices para siempre, con un lazo fuerte que unía a un bosque y a una familia en la ciudad.
FIN.