El Zorro Ferros y la Oveja Tímida



En un tranquilo prado, donde los flores crecían de mil colores, vivía una oveja muy tímida llamada Lila. Siempre se mantenía en el fondo del rebaño, observando a sus amigas jugar, pero nunca se atrevía a unirse. Un día, mientras la brisa suave movía la hierba, apareció un zorro astuto llamado Ferros.

"¿Por qué estás tan solita, oveja?" - preguntó Ferros, con una sonrisa burlona en su rostro.

Lila, temblando un poco, respondió:

"Soy muy tímida y no sé cómo jugar con las demás..."

El zorro, intrigado, decidió ayudarla. No porque fuera su amigo, sino porque le divertía la idea de ver a una oveja jugar.

"No te preocupes, te enseñaré a jugar. Solo tienes que seguir mis pasos", dijo Ferros, moviendo su cola de un lado a otro.

Así que Lila, un poco insegura, decidió confiar en el zorro. Ferros llevó a Lila a un lugar especial detrás de un arbusto, donde había una caja de colores.

"Vamos a pintar algo juntos, Lila. El arte es una forma de jugar", sugirió Ferros, abriendo la caja.

Lila nunca había pintado antes, pero a medida que comenzaron a mezclar colores, su timidez empezó a desvanecerse. Se reía cada vez que Ferros derramaba más pintura en su cola que en el papel.

"Mirá, soy un verdadero artista", dijo Ferros, cubierto de manchas.

Lila no pudo evitar reírse. Poco a poco, se dio cuenta de que Ferros solo quería divertirse. Después de un tiempo, decidieron mostrar sus obras a las demás ovejas. Lila sintió un nudo en el estómago, pero Ferros le dijo:

"Vení, solo una vez, probá dar un paso adelante. ¡No es tan aterrador!"

Lila respiró hondo, se acercó al grupo y levantó su pintura con orgullo.

"Miren lo que hicimos!", exclamó.

Las ovejas, sorprendidas, comenzaron a aplaudir.

"¡Es hermoso, Lila! ¿Nos enseñarás a pintar?" - preguntó una oveja entusiasta.

El corazón de Lila se llenó de alegría. Ahora no solo estaba pintando, sino que había encontrado una forma de conectar con sus amigas. Ferros, al ver la transformación de Lila, se sintió contento por ella.

"¡Mirá vos, fue más fácil de lo que pensabas!" - le dijo, sonriendo.

Lila se dio cuenta de que su timidez podía ser superada si se atrevía a intentarlo. Desde ese momento, no solo jugó y pintó con el rebaño, sino que se volvió la más entusiasta al organizar juegos de arte cada semana. Ferros, por otro lado, descubrió que ser amable y apoyar a los demás podía ser tan divertido como hacer travesuras.

Y así, la oveja tímida y el zorro astuto se convirtieron en grandes amigos, siempre listos para una nueva aventura en el prado lleno de flores.

FIN.

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