El zorro herido


Había una vez dos valientes soldados, Martina y Lucas, que se encontraban en medio de una importante misión en el corazón del bosque. Ambos eran muy buenos amigos y se conocían desde la infancia.

Martina era una experta en tácticas de supervivencia, mientras que Lucas destacaba por su destreza con las armas. Un día, mientras patrullaban la zona, un fuerte estruendo los sorprendió y antes de que pudieran reaccionar, una explosión los lanzó por los aires.

Cuando recuperaron el conocimiento, se encontraron solos y desorientados en medio del espeso bosque. - ¡Martina! ¿Estás bien? -preguntó Lucas preocupado mientras intentaba incorporarse. - Sí, estoy bien. ¿Y tú? -respondió Martina con voz temblorosa.

Ambos se miraron a su alrededor y vieron que estaban rodeados de árboles gigantes y no lograban reconocer el camino de regreso a su base. Decidieron unir fuerzas para sobrevivir y encontrar ayuda lo antes posible.

Durante días caminaron sin descanso, enfrentando peligros como animales salvajes y tormentas intensas. A pesar de las dificultades, Martina y Lucas nunca perdieron la esperanza ni dejaron de apoyarse mutuamente.

Una noche fría, mientras descansaban junto a una fogata improvisada, escucharon unos gritos desgarradores provenientes de la oscuridad del bosque. Sin dudarlo, decidieron seguir el sonido y descubrieron a un pequeño zorro atrapado entre las ramas de un árbol caído. - Debemos ayudarlo, no podemos dejarlo aquí solo -dijo Martina con determinación.

Con cuidado y paciencia lograron liberar al zorro herido y le brindaron agua y algo de comida que les quedaba. El animal los miró agradecido antes de alejarse corriendo hacia la seguridad del bosque.

A partir de ese momento, algo cambió dentro de Martina y Lucas. Comprendieron que debían seguir adelante no solo por ellos mismos, sino también por aquellos seres indefensos que habitaban en el bosque.

Finalmente avistaron una cabaña humilde en medio del bosque donde fueron recibidos por un anciano sabio llamado Don Elías. Les contaron su historia y cómo habían llegado hasta allí después del accidente en su misión militar.

Don Elías escuchó atentamente sus relatos e hizo una pausa antes de hablar: "El camino más importante es aquel que nos lleva hacia nuestro interior. Solo cuando aprendemos a conocer nuestras fortalezas más profundas podemos superar cualquier obstáculo".

Martina y Lucas reflexionaron sobre las palabras del anciano sabio y comprendieron que la verdadera misión no era solo llegar a salvo a casa, sino también crecer como personas durante el camino.

Con la ayuda de Don Elías pudieron orientarse nuevamente hacia su base militar donde fueron recibidos como héroes por haber sobrevivido contra todo pronóstico en medio del implacable bosque. Desde ese día, Martina y Lucas siguieron siendo inseparables pero ahora con una nueva perspectiva sobre la vida: siempre hay luz aún en medio de la oscuridad si uno mantiene viva la esperanza en su corazón.

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