El zorro que cambió mi vida


Había una vez una niña llamada Luna, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Luna era una niña muy solitaria y triste, no tenía amigos y siempre estaba enojada con todo el mundo.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, se encontró con un zorro herido. El zorro estaba lastimado y asustado, pero Luna lo tomó en sus brazos y lo llevó a su casa para curarlo.

"¿Qué es eso?" preguntó su mamá al ver al zorro. "Es un animalito herido que encontré en el bosque", respondió Luna. "Muy bien hija, vamos a cuidarlo juntos", dijo su mamá con una sonrisa. Luna empezó a cuidar del zorro todos los días.

Le daba comida y agua fresca, le limpiaba las heridas y jugaba con él en el jardín. Con cada día que pasaba, la actitud de Luna empezó a cambiar. Ya no estaba tan triste ni enojada como antes.

Un día mientras jugaban juntos en el jardín delantero de la casa, llegaron dos niños nuevos al pueblo: Tomás y Sofía. "Hola!" dijo Tomás acercándose a ellos.

"Hola"  respondió Luna tímidamente"Vimos que estabas jugando con este lindo zorrito ¿podemos jugar también?" preguntó Sofía emocionadaLuna pensó por un momento y luego decidió darle la oportunidad a los nuevos chicos. Empezaron a jugar juntos todos los días después de la escuela.

Descubrió que Tomás era muy bueno armando rompecabezas y que Sofía tocaba el piano de maravilla. Con el tiempo, Luna se dio cuenta de lo mucho que había cambiado gracias al zorro herido.

Ya no estaba sola ni triste, ahora tenía amigos con quienes compartir todo lo que aprendía cada día. Además, aprendió la importancia de cuidar a los animales y cómo un pequeño acto de bondad puede cambiarlo todo. Así fue como Luna pasó del odio al amor.

Ahora era una niña feliz, rodeada de amigos y siempre dispuesta a ayudar a los demás. Fin.

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