El Zorro y el Cocodrilo en la Laguna Encantada
En un hermoso día soleado, en una lejana selva llena de colores y sonidos, vivía un astuto zorro llamado Rufi. Rufi era un zorro curiosísimo, siempre explorando y haciendo amigos. Pero había algo que siempre le había intrigado: la Laguna Encantada, un lugar rodeado de leyendas y misterio, donde se decía que ocurrían cosas mágicas.
Un día, mientras exploraba, Rufi decidió acercarse a la Laguna Encantada. Cuando llegó, se dio cuenta de que las aguas brillaban como si tuvieran estrellas dentro. De pronto, escuchó un sonido detrás de unos arbustos.
"¿Quién está ahí?" - preguntó Rufi, un poco asustado pero muy curioso.
De entre las hojas apareció un cocodrilo grande y sonriente llamado Coko.
"¡Hola! Soy Coko, el cocodrilo. ¿Vas a nadar conmigo en la laguna?" - dijo Coko, moviendo la cola con entusiasmo.
Rufi, al principio, dudó. Había escuchado que los cocodrilos eran temibles, pero Coko parecía ser un cocodrilo amigable.
"No sé, Coko. Dicen que los cocodrilos son peligrosos. Nunca he jugado con uno antes..." - respondió Rufi, mirando con cautela la gran sonrisa de Coko.
"Soy diferente, no te preocupes. Además, ¡esta laguna es mágica! Podemos divertirnos juntos. ¡Está llena de sorpresas!" - insistió Coko, con entusiasmo.
Rufi sintió que tal vez valdría la pena arriesgarse y decidió acercarse un poco más. Poco a poco, se fueron conociendo y empezaron a jugar en el agua turquesa de la laguna.
Un rato después, Rufi, al ver a Coko nadar ágilmente, se llenó de valor y saltó al agua.
"¡Esto es divertido, Coko! Nunca había sentido algo así!" - exclamó Rufi mientras salpicaba agua por todos lados.
"¡Te dije que era mágico!" - respondió Coko mientras hacía un giro espectacular en el agua.
Sin embargo, de repente, el sol comenzó a ocultarse tras unas nubes grises y el aire se volvió un poco más frío. Rufi empezó a sentirse un poco preocupado.
"¿Qué pasará si se va la magia de la laguna?" - preguntó Rufi con un tono intranquilo.
Coko, notando la inquietud de su nuevo amigo, le respondió.
"No te preocupes, Rufi. La verdadera magia está en hacer amigos y compartir momentos. ¡Eso no se irá nunca!"
En ese momento, un rayo de sol rompió las nubes y, en un giro inesperado, ambos amigos vieron que la laguna empezaba a brillar aún más. Aparecieron peces de colores que danzaban en el agua, creando un hermoso espectáculo.
"¡Mirá!" - gritó Coko emocionado. "La magia de la laguna está respondiendo a nuestra amistad. ¡Vamos a bailar!"
Rufi, lleno de alegría, comenzó a saltar y girar en el agua. Juntos, los dos amigos nadaron, reían y disfrutaron mientras la laguna brillaba intensamente. El miedo y la duda que Rufi había sentido al inicio desaparecieron por completo.
"Nunca pensé que jugar con un cocodrilo sería tan divertido, Coko. ¡Gracias por ser tan buen amigo!" - dijo Rufi, exhalando un suspiro de alegría.
Y así, mientras el sol se ponía y la luna comenzaba a brillar, la Laguna Encantada se llenó de risas y magia. Rufi y Coko continuaron jugando, recordando que las verdaderas amistades superan cualquier temor, y que lo más maravilloso de la vida son aquellos momentos compartidos con amigos que son diferentes, pero que siempre están dispuestos a hacer brillar la magia del corazón.
FIN.