El Zorro y el Jardín de la Amistad



Era un hermoso día de primavera. El sol brillaba, las flores estaban en pleno esplendor y las mariposas danzaban en el aire. En un pequeño pueblo, un grupo de amigos estaba jugando en el jardín: Sofía, Miguel y Lucas. Juntos, han construido un hermoso refugio entre los arbustos, donde jugaban y compartían secretos.

Un día, mientras estaban en su refugio, notaron un movimiento entre los árboles. De repente, apareció un zorro con un extraño brillo en sus ojos. Este zorro era distinto a cualquier otro que habían visto; caminaba de una manera peculiar, y su pelaje tenía colores que nunca habían visto antes. Era un zorro que se notaba que había probado algo raro.

"¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?", preguntó el zorro, en un tono amigable.

"¡Hola! Somos Sofía, Miguel y Lucas. ¿Y vos quién sos?", respondió Sofía, un poco sorprendida.

"Soy Zorrito Drogo, pero no se preocupen, no soy peligroso. Solo estoy un poco... distraído", dijo el zorro rascándose la cabeza.

Los chicos no podían creer lo que estaban escuchando. Un zorro parlante y con un nombre tan divertido mientras como lo ven enloquecer.

"¿Por qué estás así?", preguntó Miguel.

"He estado probando algo que encontré en el bosque que me hace sentir... diferente. Es increíble, pero también un poco confuso", contestó el zorro.

"Pero, ¿no sería mejor disfrutar de la naturaleza sin esos 'sustituros'?", sugirió Lucas preocupándose por su nueva amistad.

Zorrito Drogo se quedó pensativo.

"No lo había pensado de esa manera. A veces solo quiero sentir cosas nuevas y emocionantes".

"Todos queremos sentir cosas nuevas, pero hay formas más saludables de hacerlo", dijo Sofía con una sonrisa.

Decidieron ayudar a Zorrito Drogo a redescubrir la alegría de las pequeñas cosas. Primero, lo llevaron a explorar el jardín lleno de flores.

"¡Mirá qué colores!", exclamó Lucas.

"¡Y qué olores tan maravillosos!", añadió Miguel.

Después, jugaron a las escondidas y al juego de la soga. Al principio, Zorrito Drogo se sentía un poco raro, pero pronto se unió a las risas y la diversión.

"¡Esto es más divertido que todo lo que probé antes!", exclamó, un poco aturdido pero feliz.

Pasaron las horas y el sol comenzó a ocultarse.

"Tenés que volver a casa, Zorrito

FIN.

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