El zorro y el pez dorado
Había una vez en un hermoso bosque un zorro muy astuto llamado Zafiro. Un día, Zafiro se acercó a un charco cristalino y vio un pez dorado que saltaba con gracia.
El zorro, con sus ojos brillantes, pensó en cómo podría atrapar al pez para disfrutar de un delicioso almuerzo. - ¡Hola, pececito! ¿Por qué saltas con tanta alegría? - preguntó Zafiro con una sonrisa maliciosa.
El pez dorado, conocido como Doral, respondió - Estoy tan feliz porque sé que mi salto en el agua hace que las gotas de rocío suban al cielo y se conviertan en estrellas brillantes que iluminan el bosque en la noche.
Zafiro quedó maravillado por la respuesta del pez y decidió preguntarle más cosas, en lugar de intentar atraparlo. Así, Doral le enseñó sobre la importancia de la alegría y la belleza en el mundo. Zafiro, agradecido, prometió proteger al pez dorado y celebrar su danza en el agua.
Desde ese día, Zafiro se convirtió en el guardián del charco, protegiendo a Doral de cualquier peligro, y juntos disfrutaron de la magia que el pez llevaba en su cascada de saltos.
La sabiduría del pez dorado llenó el bosque de alegría, mientras Zafiro aprendió el valor de apreciar la belleza y la felicidad en su estado más puro.
FIN.