El Zorro y la Luz del Bosque



Había una vez un zorro llamado Zorrito, que se había perdido en el espeso bosque. Su pelaje color anaranjado brillaba bajo el sol, pero su corazón estaba preocupado. Zorrito había estado buscando a su familia por días y, aunque había visto muchas maravillas en el bosque, la tristeza de no encontrar a su mamá, su papá y sus hermanos lo acompañaba.

Un día, mientras curioseaba entre los árboles, Zorrito vio una luz brillante a lo lejos. "¡Qué lindo! Tal vez haya algo o alguien que me ayude a encontrar a mi familia", pensó emocionado y decidió acercarse.

Con sigilo, se fue acercando. Pero, a medida que se aproximaba, la luz se volvió más clara y, de repente, Zorrito vio que era un grupo de cazadores junto a una fogata. Su corazón se detuvo un momento; recordó que esos eran los mismos cazadores que habían atrapado a su familia.

"¡Oh no! ¡No puedo acercarme!", dijo Zorrito, retrocediendo con cautela. "Debo ser inteligente y no dejarme atrapar a mí también."

Zorrito se dio la vuelta y se puso a pensar. Tenía que encontrar otra manera de salir de esa situación. Miró a su alrededor y se le ocurrió una idea. En ese momento, recordó algo que le enseñó su mamá: - “La astucia y la observación son importantes para un zorro. Siempre hay que ser muy astuto para salir de problemas.”

Con esto en mente, decidió alejarse un poco más y observar desde la distancia. Vio que los cazadores estaban distraídos contando historias sobre sus aventuras en el bosque. Zorrito sonrió y pensó: "Si están tan distraídos, quizás puedo buscar un camino seguro para escapar y seguir buscando a mi familia."

Mientras los cazadores reían y hacían ruido, Zorrito comenzó a moverse en silencio por el borde del claro. De repente, escuchó un suave susurro que provenía de un arbusto cercano.

"¿Hola?", preguntó Zorrito, curioso. De entre las hojas apareció una pequeña ardilla llamada Ardi.

"Hola, zorro. Te vi antes cerca de la fogata. ¿Por qué estás tan asustado?", preguntó Ardi con su voz suave.

"Estoy buscando a mi familia, pero los cazadores...", Zorrito le explicó su situación.

Ardi movió su colita con simpatía. "No te preocupes. No todos los humanos son malos. A veces, algunos solo buscan aprender sobre el bosque. Pero es bueno ser precavido. Yo conocía a esos cazadores. Quieren atrapar animales, pero también respetan a quienes se escapan."

Zorrito, escuchando a Ardi, sintió que la esperanza regresaba. "¿Y tú sabes de algún lugar donde pueda esconderme o donde pueda encontrar a mi familia?"

"Sí, hay un viejo árbol cerca de la colina que es muy seguro. Es allí donde muchas criaturas del bosque se esconden. Vamos, te llevaré", dijo Ardi con entusiasmo.

Zorrito no dudó. Con la ayuda de su nueva amiga, comenzó a correr hacia la colina. La luz del fuego quedó detrás de ellos, y a medida que fueron avanzando, Zorrito sintió que su corazón se aligeraba.

Al llegar al viejo árbol, Ardi le dijo, "Aquí estarás seguro. Ahora se te ocurrirá un nuevo plan para encontrar a tu familia."

Zorrito agradeció a Ardi con una gran sonrisa. "Eres una amiga increíble. Gracias a vos, sé que hay esperanza."

Mientras se ocultaba, pensó en las lecciones que había aprendido: la importancia de la astucia, la amistad y la esperanza. Después de un rato, Zorrito decidió que no se daría por vencido. Con su nuevo conocimiento del bosque y la ayuda de sus amigos, él podía encontrar a su familia.

A partir de ese día, Zorrito no solo se propuso encontrar a los suyos, sino que también decidió cuidar del bosque y ayudar a otros animales en apuros. Porque al fin y al cabo, el amor y la amistad son las luces que guían a uno en momentos oscuros.

Y así, nuestra historia del zorro perdido en el bosque se transformó en una hermosa aventura de amistad, valentía y esperanza. Zorrito, con su corazón lleno de coraje, siguió explorando el bosque, decidido a reunirse con su familia alguna vez. Y tal vez, sólo tal vez, un día él se convertiría en un protector del bosque, así como Ardi le había mostrado el camino.

FIN.

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