El Zorzal Valiente
En un rincón del bosque, donde los árboles se abrazaban al viento y los colores danzaban en cada hoja, vivía un joven zorzal llamado Tico. Tico era conocido por su hermosa melodía, pero también por ser un poco timidón. A pesar de su hermosa voz, siempre se sentía nervioso al cantar frente a los demás animales del bosque.
Un día, mientras Tico practicaba en su rama favorita, escuchó un bullicio por el camino que llevaba al estanque.
"¡Ay, no! ¿Qué será eso?" - se preocupó Tico, acercándose con cautela.
Cuando llegó, vio a muchos animales reunidos: un grupo de patos graznando y un zorro astuto que parecía estar causando problemas.
"¡Espero que no se acerque a mí!" - murmuró Tico, escondiéndose tras una hoja grande.
El zorro, muy juguetón, había comenzado a molestar a los patitos, haciéndoles bromas e intentando asustarlos.
"¡Basta, zorro!" - gritó la mamá pato con voz preocupada. "No es divertido asustar a los más pequeños."
Sin embargo, el zorro solo se rió y siguió molestándolos. Tico miró todo desde su escondite y sintió cómo su corazón latía más fuerte. Sabía que tenía que hacer algo.
Una noche, mientras veía la luna brillar, Tico recordó una canción que su abuela siempre cantaba:
"La valentía no es la ausencia de miedo, sino enfrentar lo que parece difícil."
Inspirado por estas palabras, decidió que tendría que ser valiente. Así que el día siguiente, aprovechando que el zorro volvería, se preparó.
A la mañana siguiente, cuando el zorro llegó al estanque nuevamente, Tico se subió a la rama más alta que pudo encontrar.
"¡Hey, zorro!" - chilló valientemente. "No puedes seguir molestando a los patitos. Hay que ser amigo del que te rodea, en lugar de hacerles daño."
Los animales se quedaron atónitos al ver que Tico, el zorzal tímido, estaba hablando en voz alta. El zorro giró su cabeza y encontró la mirada desafiante de Tico.
"¿Y qué vas a hacer, pajarito?" - respondió el zorro con una risa burlona. "¿Cantarme una canción para detenerme?"
"Tal vez lo haga, pero no solo eso. Los amigos no asustan a otros, se cuidan entre sí."
Tico empezó a cantar una hermosa melodía, una que llenaba el aire con paz. Los patitos y otros animales se unieron a él, creando un coro que resonaba en el bosque. El zorro empezó a sentirse incómodo, al darse cuenta de que todos estaban en contra de su actitud.
"Dejen de cantar, eso no me asusta" - gruñó el zorro. Pero la música solo se hacía más fuerte, en un acto de unidad entre los animales.
Fue entonces que el zorro, mostrando un rayo de comprensión, se dio cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.
"Está bien, bien. ¡Suficiente!" - exclamó, dándose la vuelta. "No quiero hacerles más daño."
Los animales se fueron acercando a Tico, alabando su valentía. La mamá pato se acercó y le dijo:
"¡Tico, tu coraje nos inspiró a todos!"
Desde ese día, el zorzal ya no fue más el tímido de antes. Aprendió que la valentía no significaba ser el más fuerte, sino tener el valor de defender lo correcto. Tico se convirtió en un héroe del bosque, y siempre que alguien se sentía asustado o solitario, los animales lo buscaban para obtener inspiración.
Y así, el valiente zorzal continuó cantando con su hermosa melodía, recordando siempre que la verdadera valentía nace del amor y la amistad.
FIN.