Eldric y la Cruzada del Corazón
En un reino lejano llamado Thornfield, la vida en el palacio era lujosa, pero uno de sus habitantes, el joven príncipe Eldric, era conocido por su pereza. Mientras sus amigos entrenaban con espadas y practicaban en el campo de batalla, Eldric prefería descansar en su alcoba, rodeado de almohadas y mantas.
Un día, el rey, cansado de la actitud de su hijo, lo llamó a su presencia.
"Eldric, ¿qué vas a hacer con tu vida? Este reino necesita un líder fuerte y valiente, no a alguien que solo se interesa por dormir" - dijo el rey con firmeza.
El príncipe se encogió de hombros y respondió:
"¿Y qué hay de malo en disfrutar de la comodidad, padre?"
"¡Está prohibido! Estás destrozando el legado de nuestros antepasados. Te exilio del palacio, deberás aprender lo que es la vida fuera de estas murallas" - decretó el rey, señalando la puerta.
Eldric, enfadado y pensando en una manera de vengarse, decidió unirse a las cruzadas. "Si el rey no quiere que esté en el trono, entonces pelearé en el campo de batalla y demostraré que puedo ser un héroe" - pensó mientras se preparaba para salir.
A medida que Eldric se unía a los otros guerreros, se dio cuenta rápidamente de que no era tal como había imaginado. Las marchas eran largas, la comida escasa y los hombres que conocía eran serios y determinados. No había lugar para la pereza.
Pronto, Eldric llegó a un campamento donde vio a muchos niños y mujeres hambrientos. Al ver sus rostros llenos de tristeza, sintió algo extraño en su corazón; no era el odio que había planeado usar para vengarse de su padre, sino compasión y preocupación.
"¿Por qué no tienen suficiente comida?" - preguntó Eldric a una mujer mayor.
"Mi príncipe, hemos sido afectados por las guerras. Muchos de nosotros hemos perdido a nuestros hogares y a nuestros seres queridos. Solo queremos un poco de esperanza" - respondió con lágrimas en los ojos.
Eldric sintió que un cambio había comenzado en su corazón. Días pasaron y él comenzó a ayudar. Se pasó horas recolectando comida y compartiéndola entre aquellos que lo necesitaban. Los otros guerreros, sorprendidos por su transformación, también se unieron a su causa.
Un día, el rey recibió noticias del comportamiento de su hijo. Un mensajero llegó al palacio y anunció:
"Majestad, su hijo Eldric se ha transformado en un líder entre los hombres. Está ayudando a los pobres y ganando la admiración de toda la tropa".
El rey se sintió orgulloso, al mismo tiempo que preocupado. Decidió ir a buscar a Eldric. Al encontrarlo, se le acercó y le dijo:
"Hijo, he escuchado de tu valentía y tu bondad. ¿Por qué has cambiado?"
"Padre, ya no sueño con conquistas egoístas. He descubierto un propósito verdadero: cuidar de aquellos que sufren. Mientras más tiempo pasé aquí, más comprendí que el verdadero rey debe servir a su pueblo, no explotarlo" - respondió Eldric con sinceridad.
Conmovido, el rey abrazó a Eldric y, juntos, decidieron volver a Thornfield. Allí, Eldric compartió sus experiencias y se convirtió en un líder amado, demostrando que no solo podía ser un guerrero en la batalla, sino también un héroe en su corazón. El rey se sintió orgulloso de su hijo y ambos aprendieron que la verdadera grandeza está en amar y cuidar a los demás.
Así, Eldric no solo ganó la guerra, sino también el corazón de su pueblo, y Thornfield floreció como nunca antes. Desde entonces, el príncipe vivió una vida llena de propósito y significado, sabiendo que a veces, el sacrificio más grande es el amor por los demás.
FIN.