Eleanora y el dragón triste



Eleanora era una niña muy especial, tenía la habilidad de soñar con cosas que luego sucedían en la vida real. Pero un día, algo extraño pasó en sus sueños.

Todo se oscureció y sintió como si el mundo de los sueños se estuviera derrumbando. Cuando despertó, Eleanora se dio cuenta de que algo estaba mal. Los colores no eran tan brillantes como antes y las figuras que solía ver en sus sueños ya no estaban allí.

"¡Sueñiría! ¿Dónde estás?", gritó Eleanora mientras buscaba a su amiga imaginaria. "Estoy aquí, Eleanora", respondió Sueñiría apareciendo detrás de ella. "¿Qué pasó? Los sueños ya no son lo mismo", dijo preocupada Eleanora.

"El mundo de los sueños está colapsando", explicó Sueñiría. "Algo está interfiriendo y debemos encontrar qué es para poder solucionarlo". Así comenzaron su aventura por el mundo de los sueños para descubrir qué estaba causando el caos.

En su camino encontraron a otros habitantes del mundo onírico que también habían notado cambios extraños en sus propios sueños. "¡Miren! ¡Allá hay un dragón llorando!", señaló Sueñiría mientras volaban hacia él.

El dragón les explicó que había perdido su capacidad para respirar fuego y sin ella, no podía protegerse a sí mismo ni a nadie más en el mundo de los sueños.

Eleanora y Sueñiría sabían que tenían que ayudar al dragón para arreglar el mundo de los sueños y, juntos, se pusieron a buscar una solución. "¡Miren! ¡Allá está la fuente de los sueños!", dijo Eleanora emocionada. La fuente de los sueños era un lugar sagrado que todos en el mundo onírico conocían.

Era donde se originaban todos los sueños y donde se podía encontrar una respuesta para cualquier problema relacionado con ellos. Cuando llegaron a la fuente, encontraron al sabio anciano del mundo de los sueños esperándolos.

"¿Qué les trae aquí?", preguntó el anciano con una voz tranquila pero potente. Eleanora explicó lo que había sucedido en sus sueños y cómo estaban tratando de arreglarlo. El anciano escuchó atentamente y luego les dio un consejo:"El mundo onírico es muy frágil.

Cualquier cosa que hagas en tus propios sueños puede afectar todo lo demás. Lo que necesitas hacer es encontrar tu propia fuerza interior para poder ayudar al dragón". Eleanora entendió lo que tenía que hacer.

Se concentró en su interior y encontró la fortaleza para ayudar al dragón a recuperar su fuego. Con eso, todo volvió a la normalidad en el mundo de los sueños.

Desde ese día, Eleanora aprendió a confiar más en sí misma y Sueñiría siempre estuvo allí para apoyarla cuando más lo necesitaba. Juntas demostraron que incluso las cosas más pequeñas pueden tener un gran impacto si crees en ti mismo y trabajas duro por ellas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!